Cuenta la mitología griega que el rey de los dioses, el caprichoso Zeus, se enamoró de una bella mortal de nombre Cynara a la cual transformó en Diosa y se llevó con él al Olimpo. La joven, aburrida de la vida de los dioses, decidió escabullirse una noche a visitar a su madre, y cuando Zeus se enteró de la traición de su amante se sintió tan traicionado que terminó desterrándola del Olimpo: Cynara, al caer a la Tierra, se transformó en una bella alcachofa.

La Cynara scolymus, o comúnmente conocida como alcachofa o alcaucil, es uno de los ingredientes que hacen su aparición hacia finales del invierno y durante el verano, pero que muchas veces subestimamos, pues se tiene la noción de que su preparación puede ser complicada.

De color verde pálido y con una forma que asemeja un cactus, la alcachofa es procedente del Mediterráneo, donde han sido cultivadas y consumida por griegos y romanos desde tiempos antiguos, e introducidas al continente americano en el siglo XVIII. Las alcachofas son en realidad el capullo o botón de un tipo de cardo comestible altamente rico en potasio, antioxidantes y vitamina C; de hecho, en tiempos recientes, se ha convertido en un favorito dentro de las dietas ya que también es baja en calorías y ayuda a desintoxicar el hígado.

Eligiendo Alcachofas

Para asegurar que estamos escogiendo las mejores alcachofas, sólo tenemos que tomar en cuenta su peso, y deberán ser de color verde pálido con ligeros tonos púrpuras; su frescura la notaremos al tacto y sus hojas tendrán que estar firmes y compactas. La mejor temporada para adquirirlas, además que son más económicas, son los meses de marzo a junio. Una vez que escogiste la alcachofa perfecta te preguntarás, ¿cómo las preparo? Comer alcachofa es más fácil de lo que parece, piensa como si fuera un tesoro, cada hoja que desprendas te llevará al preciado corazón. Retira las hojas gruesas de la alcachofa hasta llegar a su corazón; retira la base carnosa y dales un baño con jugo de limón, pues tiende a oxidarse. Cuece los corazones de alcachofa al vapor, pártelos en cuartos y disfruta en una ensalada o como guarnición de un pescado.

 Disfrútala

Existen varias formas de comer la alcachofa. Ya sea cocida al vapor, asada o como base para una salsa. Aprovecha su sabor y sus cualidades nutritivas preparándolas con cocciones rápidas, para conservar sus propiedades. Te compartimos esta receta de fetuccine con pesto de alcachofas. ¡Cuéntanos de tus resultados!

Receta de menú: Fetuccine con pesto de alcachofas

Ingredientes de 6 porciones

250 g de corazones de alcachofa

¼ de tza de aceite de oliva extra virgen

45 g de mantequilla

1 tza de cebolla picada

1 cdta de sal

1/2 cdita de pimienta negra

1/8 cda de hojuelas de chile seco

1 cda de cáscara de limón

1 o 2 cdas de jugo de limón

1 paquete de pasta tipo fetuccine

1/2 tza de perejil fresco picado

1/4 tza de queso  parmesano

Preparación

Para el pesto de alcachofa

Cueza los corazones de alcachofa en agua con sal hirviendo aproximadamente 2 min. Una vez cocinados, refréscalos con agua fría y pásalos a un recipiente.

Calienta el aceite con la mantequilla en una olla grande a fuego medio y sofríe la cebolla con la sal, la pimienta, la cáscara de limón y las hojuelas de chile. Integra ocasionalmente y deja cocinar hasta que la cebolla tome un color dorado.

Agrega las alcachofas y continúa la cocción a fuego medio; agrega el jugo de limón y retira del fuego del fuego. Agrega al pesto taza de agua reservada.

Para la pasta

Cuece la pasta en el agua donde se cocinaron las alcachofas hasta que quede al dente, reserva una taza del agua y cuela la pasta.

Junta la pasta y el pesto agregando el perejil y el queso, integra bien. Sazonar con sal y pimienta al gusto y sirve con queso adicional al lado.

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