La Europea comienza el año con la cuarta edición del Festival Vins de France, el cual se llevará a cabo durante el mes  de enero. Club Piso 51 fue el marco para la inauguración del evento, donde especialistas, socios y foodies se reunieron para catar algunas de las etiquetas que representan la gran tradición vinícola franca.  Diferentes estilos y regiones del terruño francés estuvieron presentes en las degustaciones, entre ellos la champagne, caldos de corte bordolés, alsaciano y provenzal; así como los tradicionales beaujolais nouveau.

¡Vive la France!

Pareciera que es un lugar común asociar a los franceses con el vino; no obstante, es una bandera que se han sabido ganar gracias a su larga historia vinícola, que data de 500 A. C. La gran variedad de caldos que produce este territorio tienen un sello distintivo de acuerdo a cada región y encontramos desde blancos muy ligeros hasta tintos robustos y potentes. La zona de producción de Burdeos goza de gran renombre y comprende el oeste del territorio francés, en la región de Aquitania. Es aquí donde se elaboran algunos de los vinos más aclamados en el mundo, aquellos que tienen una capacidad para mejorar con el paso del tiempo, llegando a su pico de calidad a los quince o más años de la fecha de cosecha, y las cepas insignia bordelesas son la Merlot, la Cabernet Sauvignon, la Malbec, la Cabernet Franc, la Petit Verdot, la Semillon y Sauvignon Blanc, entre otras. A su vez, Burdeos se divide en cincuenta y tres Denominaciones de Origen que albergan a grandes châteaux productores de grand crus muy particulares. Entre las zonas que conforman la región está la Médoc, la Pessac-Lógnan, la Saint-Émilion, La Pomerol y la Sauternes.

Ensamble bordolés

Hablar de los caldos de Burdeos es sinónimo del assamblage, blend o ensamblaje. Lo que ocurre durante esta etapa de elaboración del vino es que se mezclan diferentes cuvées para potencializar y alcanzar un grado mayor de calidad y complejidad, lo que hace que cada vino sea, en cierta forma, único. Para lograrlo,  el enólogo toma en cuenta las características de cada uva para construir el perfil que se busca en botella. Por lo general, el assamblage tendrá una cepa principal o predominante sobre la cual se le añaden cuvées de otras varietales, cada una aportando, en mayor o menor medida con base al porcentaje, sus características organolépticas al resultado final. ¡Ya sabes un poco más de vino francés!

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