En tan sólo 15 días, desde mediados de septiembre el tipo de cambio volvió a depreciarse, 3%, superando la barrera de los 18 pesos por dólar.

Hay varios factores que están incidiendo en la fortaleza que había mostrado el peso, pero el más reciente es la presentación del tan esperado plan fiscal del presidente Trump, que incluye una reducción del ISR corporativo a 20%, lo que significa una amenaza si esto motiva a los grandes contribuyentes a permanecer en EU, por lo que el país dejaría de percibir recursos de forma importante.

Es probable que cuando sea discutido este paquete de reforma fiscal, quede aprobado. De hecho, es la bandera de los republicanos para ganar las elecciones del Congreso a celebrarse en noviembre próximo, por lo que la unidad de aquellos, será básica para el logro de esta victoria legislativa.

Para entonces, no habrá lugar a correcciones de las estimaciones sobre la recaudación esperada en México en 2018 y habrá de empezar un proceso de fuerte cabildeo para convencer a los grandes contribuyentes, de no hacer políticas fiscales agresivas (v.gr. abrir oficinas en EU, comprar la empresa mexicana como subsidiaria y declarar bajo leyes estadounidenses, dejando intacta la operación en México).

Sin embargo, estará en su mejor interés el hacerlo, por lo que es probable que la recaudación nacional proyectada de 1.7 billones de pesos, por concepto de ISR, esté sobreestimada, lo cual es preocupante porque el ISR empresarial constituye el elemento más importante de la recaudación total en el país (aproximadamente 57%).

Esto significaría que las autoridades hacendarias, si no quieren perder muchos de sus ingresos captados, deberían comenzar en 2019 con un plan de reducción del ISR empresarial de forma gradual de 30% a 20%, lo cual luce muy complicado justo cuando se requieren más recursos para lograr la reconstrucción después de los temblores del 7 y 19 de septiembre y los destrozos ocasionados por tormentas y huracanes.

Es claro que para Estados Unidos esta menor tasa impositiva significará un estímulo al crecimiento por mayor gasto privado esperado, pero también mayores presiones inflacionarias, lo que reitera que la Reserva Federal vuelva a elevar su tasa de referencia hacia el final del año y lo haga en 2018, al menos en tres ocasiones.

Esto implica que en México también se suban los réditos, por lo que la Tasa de Interés Interbancaria a un día, se espera sea elevada por arriba de 7 % en la próxima Junta de Gobierno en del Banco de México, luego que el pasado 26 de septiembre decidiera no cambiarla.

Empero, en su comunicado ya declaraba que “en los siguientes meses se seguiría de cerca la evolución de los determinantes de la inflación, de las expectativas de mediano y largo plazos, en especial del traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios; así como de la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos, y el impacto de los sismos sobre los precios”, por tanto, el alza es inminente.

Otro factor en la reforma fiscal del presidente Trump que debilitaría al peso, es la propuesta de amnistía que se ofrecerá a las empresas estadounidenses para que repatríen capitales que tienen en otros países.

Si bien varías monedas fuertes como el euro y la libra se depreciarían de ser aprobada dicha reforma, el peso sería probablemente de las monedas de los emergentes que más se devaluaría.

Para agregar a estos factores, está la incertidumbre asociada a otros como la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

La culminación de la tercera ronda no dejó “buen sabor de boca” y aún quedan pendientes los temas más complejos por discutir. De esta manera, otra vez la mira estará puesta en el tipo de cambio.

Directora del Instituto de Desarrollo
Empresarial Anáhuac en la Universidad
Anáhuac México. Email: idea@anahuac.mx

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