A mi amigo Porfirio Muñoz Ledo, luchador por la paz y el Orden Internacional.

Han dado inicio los trabajos de la 73° Asamblea General de la ONU, máximo organismo para la paz y estabilidad internacional, bajo la presidencia de María Fernández Espinosa, de Ecuador. La agenda de debates se desarrollará en medio de un panorama internacional descompuesto y crisis del orden internacional, cuya víctima es Naciones Unidas. Observamos tensiones en diversas partes del mundo como en la Península de Corea, donde se juega la guerra o la paz entre dos pueblos que los dividió la post guerra.

En estos tiempos de la “sociedad líquida” (los estados frente a poderes supranacionales), la migración representa la cara grotesca del arco de crisis, la desigualdad y la injusticia internacional. Países pobres migran a polos de prosperidad, como el éxodo de Centro América y México a Estados Unidos, país que ha impuesto una nueva política discriminatoria, de odio y rencor, con deportaciones masivas. La población venezolana desesperada huye a países de América del Sur y a diversas partes del mundo para salvar su vida y mitigar el hambre. Este fenómeno debería ser resuelto mediante el diálogo y el derecho de asilo humanitario, como fue el caso del apoyo de México a la migración española y chilena. La esperanza es el Foro de Marruecos, al cual no asistirá EU, ahí se analizará el tema bajo la óptica de garantías universales a los seres humanos, la concordia y la justicia a pueblos pobres.

El Orden Internacional es la forma como las naciones se organizan para atender todos juntos los grandes desafíos mundiales como: la paz, la estabilidad internacional, el comercio, el desarrollo, el cambio climático, la migración, salud y epidemias en muchas partes del mundo. El principal reto es luchar contra una enfermedad incurable, la opulencia frente a la pobreza y la miseria, que muchos países centroamericanos padecen, y otras naciones africanas en medio de un desinterés y egoísmo.

Un “nuevo orden internacional” es necesario con rostro humano, que tome en consideración factores económicos, tecnológicos, sociales, con una conciencia y voluntad internacional para enfrentar esta catástrofe humanitaria, cuyo enemigo es la desigualdad, y la riqueza frente a la pobreza. Se debe privilegiar el diálogo propio de los seres humanos, frente al uso de la fuerza propio de los animales, la seguridad aumento después del ataque a las Torres Gemelas (11 de septiembre de 2001) con el nuevo enemigo: el terrorismo.

Las ideas de la paz perpetua de Kant están en el basurero de la historia. La cooperación internacional para el desarrollo es indispensable, ya que no habrá paz si no hay desarrollo con justicia.

Históricamente México ha enarbolado las banderas de la paz, el desarme y contra la guerra nuclear, cuyo ejemplo es el Tratado de Tlatelolco, impulsado por don Alfonso García Robles, premio Nobel de la Paz, quien le dio prestigio a la diplomacia mexicana, inspirada en la historia, en el legado de Juárez, Carranza, Isidro Fabela y Gilberto Bosques, precursores de la dignidad nacional.

Otro testimonio digno de encomio es la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados, aprobada por inmensa mayoría en la Asamblea General de la ONU el 12 de diciembre de 1974, el documento que sigue vigente, y propuso el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), con justicia y equidad, con un código de conducta para todos los Estados, con principios de igualdad soberana, interdependencia y cooperación, sin distinción de sistemas económicos políticos o sociales.

Por medio de la Carta de la paz (artículo 29) México logró revindicar la soberanía de su mar patrimonial, 3.5 millones de kilómetros cuadrados (Zona Económica Exclusiva, artículo 27 constitucional), fuente de enormes riquezas. Aumentando la extensión total de nuestra soberanía nacional a 5 millones 114 mil kilómetros cuadrados (Inegi)

La crisis internacional actual es peligrosa, nuestra esperanza es la Carta de las Naciones Unidas, y sus instituciones para proscribir el flagelo de la guerra, que como espada de Damocles pende de un hilo sobre la humanidad.

Centro de Estudios Económicos y Sociales
del Tercer Mundo AC

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