Lecciones de precampaña
Lecciones de precampaña

En noviembre pasado había muchas interrogantes, empezando por la identidad del candidato tricolor. Si nos atenemos a las marcas partidistas, en noviembre el poll of polls de Oraculus.mx mostraba una contienda cerrada: la alianza PAN-PRD-MC tenía 32% de las preferencias, Morena-PT-PES 31% y la alianza alrededor del PRI, 29 por ciento. En esencia nada para nadie si los candidatos fueran secundarios. Pero los candidatos importan y López Obrador inició con una ventaja de 11 puntos porcentuales (las cifras provienen de Oraculus.mx). De noviembre al día de hoy, ¿qué podemos considerar lo más relevante?

Primero, los independientes son cruciales para Anaya y AMLO. Margarita, El Bronco y Ríos Píter habitan el espacio opositor por lo que se disputan al mismo electorado. El cambio más notable desde noviembre es la pérdida de apoyo para los independientes, especialmente Margarita Zavala que pasó de 12 a 6 por ciento (en conjunto cayeron de 16 a 11 puntos). Quienes más se beneficiaron con esta caída fueron Anaya y AMLO, mientras que Meade se mantuvo estable. Como consecuencia de lo anterior Anaya se separó del candidato tricolor y ocupa claramente el segundo lugar.

La interrogante es si esta caída de los independientes es temporal, producto de su falta de spots, y si recuperarán fuerza una vez que tengan registro y espacio mediático. Más aún, los independientes pueden tener un impacto diferenciado que lleve a una contienda más cerrada (si Ríos Píter y el Bronco, por ejemplo, le quitan más votos a AMLO que Margarita a Anaya).

Segundo, se consolida el perfil anti-PRI del electorado. Si los movimientos electorales se dan principalmente en el campo opositor, ello es señal de que los puentes hacia Meade son pocos: si Anaya pierde votos es más probable que acaben en manos de AMLO o Margarita (y viceversa) que de Meade. La opción rupturista pareciera ser la única vía al alcance de Meade pero será un gran reto convencer a la ciudadanía de que el candidato oficial es el candidato del cambio y no de la continuidad.

Si enarbolar la bandera del cambio es la estrategia dominante, también resulta insuficiente. La victoria la alcanzará quien sepa representarlo mejor. Sobre todo identificar los ámbitos, los temas y las acciones donde éste es bienvenido y detectar aquellas áreas donde la ciudadanía es conservadora. Por ejemplo, en materia de derechos sociales los votantes, e incluso los candidatos, son conservadores, empezando por el propio López Obrador.

Tercero, no se puede hablar de un “techo electoral” para alguno de los candidatos. Si hay voto útil, por ejemplo, es previsible que los dos candidatos con mayor respaldo acaparen todavía más votos a expensas del resto. El “efecto de irse con el ganador” también llevaría al mismo resultado al darle más votos al puntero en detrimento de otras fuerzas.

Como en el futbol, en una campaña cuentan tanto los aciertos propios como los errores del contrario. Ello siempre llevará a cambios en el marcador por lo que nada está escrito. Además, la mitad del electorado tiene todavía dudas sobre quién votar por lo que deberíamos esperar cambios importantes en los meses por venir.

AVISO. A mediados de enero informé a los directivos de El Gran Diario de México que, para atender diversos proyectos privados, Buendía & Laredo se ausentaría de las páginas de EL UNIVERSAL. Acordamos, entre otras cosas, que la ausencia es temporal, la realización de una última encuesta (publicada el 29 de enero pasado) y el inicio de una columna quincenal sobre temas electorales y de opinión pública. Desde este espacio seguiremos de cerca la elección presidencial. Este es el primer texto. Espero sus comentarios y sugerencias.

Twitter: @jblaredo

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