Nuestro país enfrenta importantes desafíos en un entorno internacional que se transforma aceleradamente y al que muchos autores califican como incierto. En este ambiente destaca la necesidad de que la educación superior se adapte a los nuevos requerimientos de la sociedad y que nuestro país incremente su competitividad en el marco de la cuarta revolución industrial, caracterizada por cambios tecnológicos exponenciales.

Es claro que esta revolución no sólo consiste en el uso de una nueva generación de recursos tecnológicos y sistemas inteligentes interconectados, su alcance es más amplio y apenas alcanzamos a vislumbrar su impacto social. Estos cambios depositan en las universidades, los centros de investigación y en general en las instituciones de educación superior públicas y particulares, una enorme responsabilidad para contribuir con la mayor pertinencia al desarrollo del país mediante la formación avanzada de un creciente número de profesionistas, la generación y aplicación innovadora del conocimiento, la difusión de la cultura y la atención a los problemas locales y nacionales.

Como respuesta a esta dinámica de cambio, nuestro país debe actualizar sus políticas y estrategias para facilitar la renovación del sistema de educación superior, ya que cada vez hay más evidencia de que estamos ingresando en un periodo en el que nuestras instituciones deberán dar respuesta a la sociedad adaptando sus procesos sustantivos universitarios para dar cabida a las nuevas tecnologías de la industria 4.0.

Por ello, debemos prepararnos para formar recursos humanos altamente calificados y versátiles, es decir, con capacidad para adaptarse con facilidad y rapidez a las nuevas circunstancias del mundo laboral, capaces de insertarse exitosamente en ambientes de trabajo competidos y en constante transformación.

Nuestros alumnos deben egresar con una formación interdisciplinaria sólida y dispuestos a continuar aprendiendo a lo largo de su vida profesional para estar en condiciones de desempeñarse con solvencia y capacidad en trabajos que aún no existen, usar tecnologías que aún no han sido inventadas, resolver problemas inéditos y aprender a trabajar colaborativamente en ambientes multiculturales y multidisciplinarios.

Para lograrlo, los estudiantes deben adquirir nuevas actitudes y desarrollar nuevas habilidades de pensamiento, mejorar su razonamiento matemático, incrementar su creatividad y su capacidad para analizar e interpretar grandes volúmenes de información, resolver problemas complejos, dominar diferentes lenguas extranjeras, desarrollar su inteligencia emocional y aprender a tomar decisiones con altos umbrales de incertidumbre. En consecuencia, será necesario impulsar el desarrollo de nuevos modelos educativos en el marco de lo que podríamos llamar la educación 4.0, la cual debe responder a los desafíos de esta nueva época y hacer factible nuestra aproximación a la sociedad y a la economía del conocimiento.

En paralelo, debemos trabajar en el análisis de los mercados ocupacionales mediante la recopilación y análisis de grandes bases de datos que permitan entender de mejor manera la demanda laboral y sus tendencias.

Esta información resultará fundamental para apoyar la toma de decisiones en las instituciones de educación superior, de manera que sean proactivas y consideren en el diseño de sus planes y programas de estudio las competencias profesionales que se requerirán en mediano plazo. Esto incrementaría la probabilidad de ofrecer a la sociedad una oferta educativa pertinente y de vanguardia que junto a una nueva generación de políticas públicas nos permita incrementar la cobertura de la educación superior. Actualmente nuestro país tiene una cobertura de 38.4%, diez puntos porcentuales debajo de la media de América Latina y el Caribe que es de 48.4%.

En una era de creciente globalización y cambio tecnológico acelerado, desde la ANUIES proponemos un renovado esfuerzo nacional a favor de la mejora continua y de la internacionalización de la educación superior. De poco servirá redoblar esfuerzos para ampliar la matrícula de educación superior si no nos aseguramos de estar formando cada vez mejores profesionistas, mejores ciudadanos, mejores seres humanos.

La ANUIES a través de su Fundación Educación Superior Empresa impulsará en las instituciones de educación superior la adopción de tecnologías 4.0, que respondan a las necesidades de la sociedad.

Secretario general ejecutivo de la ANUIES

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