Todo está listo para que la mañana de hoy se instale el Primer Congreso local de la Ciudad de México.

Es innegable que la Ciudad tuvo un proceso evolutivo que democráticamente nos coloca a la vanguardia.

Lo que resulta increíble es reflexionar que hasta el 2018, la Ciudad de México haya alcanzado de forma efectiva esta condición, misma que hoy le permite contar con personalidad jurídica y estatus en el marco del Pacto Federal.

Esta nueva etapa parlamentaria y la conformación de esta nueva legislatura, le da al partido Morena una avasalladora ventaja contra la oposición, pues esta fuerza política tendrá 37 de los 66 diputados de los que conforman el órgano legislativo; el PAN tendrá 11, el PRD, 6; el PRI, 6; el PT, 3; el PVEM, 2; y el PES, 1.

Sin embargo, los números podrían modificarse ante la posibilidad de acuerdos parlamentarios entre los diferentes grupos.

Incluso, Morena podría ceder al PT un número de, cuando menos, cinco diputados para que esta se coloque como la segunda fuerza de importancia después de Morena y desplazar al PRI y al PRD fuera de las decisiones, que a través del órgano cupular se determinen.

Es decir, en sentido adverso a como se hizo en la cámara federal; ya que, en la Ciudad de México es innegable el acompañamiento del PT, como partido satelital de Morena.

Por ello es importante destacar que con la presencia parlamentaria con que cuenta Morena a nivel local y federal, los gobiernos de ese partido tanto Ejecutivo Federal y Ejecutivo de la Ciudad de México podrán, sin duda, consolidar de forma efectiva todos los programas y acciones gubernamentales que, de cara a los ciudadanos, se comprometieron en el pasado proceso electoral.

La oposición mermada y con pocas posibilidades para lograr contrapesos y acuerdos al interior del nuevo congreso local tendrá que contar con la destreza suficiente para alcanzar el equilibrio justo, que toda democracia requiere.

Los que vivimos en la Ciudad de México queremos y debemos procurar el bienestar de la capital del país; por ello, no se puede actuar como una oposición que anteponga la cerrazón y mucho menos acumule rencores.

El bienestar social no solo se refleja con programas sociales; la evolución de toda sociedad también se observa en la efectividad de las prácticas democráticas, que garanticen una adecuada, sana y equilibrada convivencia. La práctica política debe procurar el consenso, que finalmente armonice la vida pública de esta ciudad.

Son muchos los retos por alcanzar, los errores cometidos por anteriores administraciones vinculadas con la izquierda son un marco de referencia para que no se repitan. Sin embargo, también es factible que se cometan nuevos errores al anteponer soberbia y cerrazón, derivado del inminente poder que el nuevo gobierno y el grupo parlamentario de Morena poseen.

Sería lamentable que los partidos de izquierda en la capital no cuenten con la capacidad de materializar lo que ideológicamente la izquierda determina. Sería muy lamentable que entre partidos de izquierda no prevalezca el diálogo y el consenso, que fortalezca a esa doctrina ideológica.

El compromiso de la izquierda es con la izquierda, y el buen juez por su casa empieza.

Diputado federal

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