De viaje por Europa, uno percibe las grandes transformaciones, los grandes eventos que la sacuden y la sitúan en una verdadera "nueva encrucijada". Ésta se da propiciada por las próximas elecciones para el Parlamento Europeo que tendrá lugar el 26 de mayo y que se ha considerado como la "elección más importante de su historia". ¿Por qué? No es sólo la elección y sus resultados, sino como síntoma y expresión de temas de gran profundidad.

Las elecciones para la Eurocámara se iniciaron en 1979. Eran entonces 9 países y 410 escaños. Ahora, son 27 países y 751 curules, lo que lo hace el mayor parlamento del mundo. Tiene las facultades, entre otras, de legislar y aprobar el presupuesto de la Unión Europea. Antes prevalecía un "bicameralismo" dominado por los partidos conservadores y los socialdemócratas. Una elección era normalmente un referéndum sobre la situación política interna que no tenía grandes consecuencias. Ahora todo cambió. Esta elección está detonando una gran competencia a nivel europeo entre los partidos populistas, euroescépticos y eurofóbicos, lidereados por gobiernos como el de Italia de Savini o Hungría de Orbán, contra los partidos tradicionales, socialdemócratas o conservadores que creen en el proyecto europeo. Es decir, "se ha vuelto un nuevo referéndum sobre el futuro de Europa" y su fortalecimiento o su debilitamiento y destrucción desde adentro.

Estos fueron los temas que ya surgieron en la Cumbre de Gobiernos celebrada en Sibiu, Rumania, el 9 de mayo. Las elecciones influirán además en quién domina los principales puestos comunitarios: la Comisión Europea, el Consejo de Europa, el Banco Central Europeo, la propia Eurocámara y la Política Exterior, que se disputan los principales países y partidos.

En esta reunión ya se plantearon los principales temas de la Agenda Futura, todos con un sesgo social, como la aplicación de salarios mínimos, el seguro de desempleo comunitario, la garantía de empleo a jóvenes. Se ha dicho "¡La Unión Europea será social o no será!"

Los extremistas eurofóbicos no parece que tendrán mayoría, pero sí tendrán una fuerza importante en una cámara muy fragmentada. Como en todas las otras elecciones, su fuerza se deriva del miedo a la incertidumbre, al desempleo, a la migración y el rechazo a las élites, incluyendo la burocracia de Bruselas. Esto se da con el trasfondo de una desaceleración económica.

La situación de Brexit ilustra elocuentemente la encrucijada. La decisión se difiere hasta el 31 de octubre, ello obliga al Reino Unido a elegir a sus 73 diputados. Pero, quien parece tener ahora el mayor número de escaños es Farage, el mayor instigador de Brexit, con su nuevo Partido Brexit; en segundo lugar, el Partido Liberal con la bandera de la "permanencia", ¡pero los 2 partidos tradicionales, particularmente el conservador, van a la cola!

Otro cambio notable es España. Con el triunfo de Sánchez en las elecciones nacionales, el PSOE se convierte en el principal abanderado social demócrata, estimulando a sus seguidores en otros países. En cambio, el conservador PP parece desplomarse y le va su futuro en mostrar alguna recuperación.

El presidente francés Macron, en su segundo año, ha sufrido un notorio desprestigio doméstico, reflejado en el fuerte cuestionamiento popular por los "chalecos amarillos". Es para él un Referéndum que va perdiendo contra el partido de Le Pen. También recurre, apoyado por Alemania, a expresar un Manifiesto pro-defensa de la economía europea. La "agenda de Europa vuelve a ser europea", los graves retos internacionales la refuerzan.

Eso es lo que estará en juego. El día 26 previsiblemente se reflejará la nueva composición política, los nuevos liderazgos y la nueva agenda: "más Europa, menos Europa o una Europa diferente".

Exembajador de México en Canadá.
@ suarezdavila

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