Aún recordamos la elección presidencial de 2006, que ha sido la más competida de nuestra historia, lo que provocó que la autoridad electoral administrativa federal, el otrora IFE, no pudiera dar tendencias electorales que mostraran a un posible ganador. Tuvo que, de acuerdo a la legislación electoral federal, esperar hasta que tres días después de realizada la jornada electoral, se llevaran a cabo los cómputos distritales respectivos para ir dando a conocer, de manera paulatina y conforme se iban desarrollando los mismos, los resultados de dichos cómputos, de tal manera que para la madrugada del día jueves se tuvo, con una mínima ventaja, al que finalmente resultó ganador. Del resto de la historia en tribunales ya se ha escrito mucho.

Para la elección en puerta surgen una serie de cuestionamientos, tales como: ¿Podría repetirse un escenario similar al ocurrido en 2006? ¿Existe alguna alternativa que defina de una vez por todas, un esquema diferente para contar con resultados oportunos o inclusive el mismo día en que se lleva a cabo la jornada electoral?

La legislación electoral Federal (Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales) establece dos mecanismos para conocer las tendencias electorales. El primero es el PREP definido como un mecanismo de información electoral que provee de resultados preliminares, no definitivos. El otro mecanismo son los Conteos Rápidos que, al final, son ejercicios que se basan en una muestra probabilística de los resultados de casillas electorales, y que si bien, son generalmente muy certeros, siempre guardan un margen, aunque sea menor, de error.

En este sentido y bajo condiciones de muy alta competencia electoral, sí pudiéramos acercarnos a un escenario similar al de 2006; situación que, con la reforma de 2014, la norma electoral no cambio en este sentido.

Pero esta situación no es responsabilidad de la autoridad electoral, concretamente del INE, sino de los legisladores federales, que son los responsables del diseño normativo de la ley. Si bien hoy la ley no permite ya hacer nada, nuevamente me gustaría insistir, como lo he hecho ya en varios escritos, participaciones, foros, libros, entrevistas y demás, en que bien valdría la pena darle una revisión, por ejemplo, a lo que establece la legislación electoral de la Ciudad de México (Código de Instituciones y Procedimientos Electorales), el cual indica, a diferencia de la normatividad federal, que el cómputo y resultados de las elecciones, inicia con la recepción de los paquetes electorales al Consejo Distrital respectivo, esto es, prácticamente cuando está concluyendo, el mismo domingo, la jornada electoral.

Este esquema de operación le ha permitido a la autoridad electoral de la CDMX, no contar con un Programa de Resultados Electorales Preliminares, sino apegarse a los resultados del cómputo mismo, que en el peor de los casos se obtienen el lunes en la madrugada. Esta disposición legal de que los Consejos Distritales celebren sesión permanente el mismo día de la jornada electoral para hacer el cómputo de cada una de las elecciones ha generado confianza en los actores políticos que compitieron en las elecciones locales.

Sin embargo, debemos reconocer el trabajo que el INE ha venido desarrollando en favor de llenar las lagunas que el legislador dejó inconclusas o, de plano, no le ha interesado revisar. Si bien cada elección es diferente, no deja de preocuparnos la sombra de la elección de 2006.

Analista político.
@fdodiaznaranjo

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