Una equivocación de Donald Trump fue la chispa que generó una verdadera oleada de críticas, como ningún otro de sus errores.

Quien se ha tropezado varias veces a lo largo de su breve mandato nunca imaginó estrellarse con una pared cuando no fue contundente al señalar que lo que había sucedido en la Universidad de Virginia fue, precisamente, una manifestación pro racismo, neonazi, pro movimiento de supremacía blanca, pro Rednecks y pro toda esa gente que piensa que por ser de una u otra raza, se es superior o inferior.

Lo que sucedió es que tocó la fibra más sensible que hay en cualquier sociedad, desde el inicio de la historia, que es precisamente la dignidad, la exigencia de respeto, de tolerancia y sobre todo la convicción de que todos los seres humanos somos iguales y fuimos creados con una misma naturaleza.

Esto nos lleva a reflexionar muy seriamente sobre un tema que aún no está en la mesa en la agenda política de México y en la discusión cotidiana: la reproducción y adopción de actitudes racistas. No obstante ser un tema que deberemos confrontar con seriedad.

No haber sido contundente le provocó a Donald Trump un problema serio y muestra lo fácil que es que, en muy poco tiempo, una sociedad se transforme de incluyente en intolerante, de abierta en cerrada, de defender la democracia a defender el derecho a una sociedad diferenciada, desigual, que garantice el imperio de algunos por sobre los demás, basados en la raza.

Él llegó al poder apoyado por un grupo de personas, por un grupo de grupos, que se conocen como la nueva reacción y se les identifica como el Alt-right. Una derecha alternativa, radical, en donde sus integrantes piensan que la raza blanca debe de tener la supremacía en el mundo.

Cuando uno conoce que en muchas ciudades del mundo hay museos sobre el holocausto, se pregunta ¿por qué la insistencia en recordar algo tan triste, tan bárbaro, siendo que pasó hace tantos años? y claro, la respuesta es obvia: para que no se repita.

Pero, ¿quién hubiera pensado en el resurgimiento del racismo, desde el poder, en EU, cuando su mismísimo presidente era afroamericano? Hoy vemos con asombro que a toda acción corresponde una reacción igual y en sentido contrario, no sólo en la física, sino también en la política.

Ante el fortalecimiento de los grupos no blancos, se desató una nueva fuerza neonazi, antes contenida. ¿Qué vendrá después? ¿Un tsunami anti blanco?

Ojo: la difícil tarea de cualquier líder es construir armonía, no división. No sólo en EU sino en cualquier nación.

Hoy nos explicamos por qué insisten los judíos en recordar las atrocidades del holocausto. Porque históricamente han experimentado en carne propia, como pueblo, que es muy fácil que resurja el racismo en sociedades que no tienen firme su convicción de que hay que ser intolerante ante la discriminación racial, de género, de religión, política, o de estilos de vida diferentes.

Seamos intolerantes ante la intolerancia porque en estos temas, una chispa tiene pradera que prende muy rápido.

Presidente ejecutivo de Fundación Azteca.
@EMoctezumaB
emoctezuma@tvazteca.com.mx

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