Transportistas lanzaron una advertencia: si no hay garantías de seguridad se suspenderá el servicio. “Pararemos más de mil 500 unidades, entre taxis, combis y camionetas de mudanza”.

La mañana del jueves, los conductores aglutinados en el Consejo del Autotransporte de la región Centro realizaron pintas en los medallones de carros del servicio público y particulares con la leyenda: “Queremos una audiencia con el gobernador, exigimos seguridad”.

La vicepresidenta del Consejo de Autotransporte, Eugenia Salgado Guzmán, explicó que criminales han robado 50 unidades y cuatro choferes han sido asesinados en lo que va de 2017.

El último episodio de violencia en contra del gremio fue la noche del martes. En Chichihualco, la cabecera municipal de Leonardo Bravo, hombres armados atacaron a un grupo de la Policía Federal.

Los agentes alcanzaron a repeler la agresión; sin embargo, no pudieron evitar que un agente muriera por las balas y otros dos más quedaran heridos.

A esa misma hora en Chilpancingo, a una hora de distancia de Chichihualco, un comando armado atacó en distintos puntos a taxistas y autos particulares. La violencia se dio en la colonia Lázaro Cárdenas, en San Juan, Omilteni y en Ignacio Manuel Altamirano. El servicio se suspendió.

Esa noche, cuatro conductores fueron agredidos. Según Salgado Guzmán, ese día los bajaron, los golpearon, quemaron dos unidades y a otra la balearon. Ninguna corporación policiaca los auxilió.

La dirigente explicó que el gremio exige una audiencia con Héctor Astudillo Flores, gobernador de la entidad, para exponer la vulnerabilidad en la que ejercen su labor.

De no ser atendidos y si las autoridades no implementan operativos policiacos para inhibir los ataques en su contra, pararán el servicio.

“Tenemos 808 taxis, más de 700 urban y 115 mixtas [de mudanza]. Detendremos el servicio si no se garantiza la integridad física de los choferes y de los usuarios”, advirtió.

De acuerdo con la fiscalía estatal, Chilpancingo es disputado por tres grupos criminales: Los Rojos o Los Jefes, Los Ardillos y el Cártel de la Sierra. La violencia tocó a los transportistas. El Consejo del Autotransporte, que tiene presencia en la Sierra y en la capital, denunció que en 2016 fueron quemadas 30 camionetas y 15 transportistas fueron asesinados.

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