Usuarios de redes sociales, testigos de la caída de un auto en el socavón en el Paso Exprés Tlahuica, afirman que 10 minutos después del percance llegaron paramédicos de la Cruz Roja pero se negaron a descender para rescatar a los dos pasajeros del automóvil siniestrado porque el descenso representaba un peligro para ellos.

En su cuenta de Facebook, Jairo G. Villegas , quien viajaba ese día por la autopista en compañía de sus padres, dice que cuando los brigadistas de la Cruz Roja llegaron al lugar su padre les pidió bajar y rescatar a los dos pasajeros del auto Jetta , pero contestaron a la defensiva, “diciendo que él tenía familia y estaba peligroso; que se estaba desmoronando todo".

“Mi padre le hizo el comentario de que bajaran con una grúa, escalera o algo, pero esta persona solo dijo prepotente: ‘¿Usted se bajaría jefe?’ Y me padre contestó: Sí, pero que no tengo la misma energía y fuerza (mi padre tiene 55 años y tiene Hipertensión)…

“Esta persona se enojó y nos pidió que nos alejáramos del lugar, pero le dijimos que no nos podíamos retirar porque nuestra camioneta estaba dañada y no la podíamos mover…”, dice en redes sociales.

Jairo relata que el miércoles, alrededor de las 05:20 horas, se dirigía a la Ciudad de México junto con sus padres, a bordo de una camioneta Caravan, color azul marino, con el que rebasaron un tráiler de carga, un auto Jetta gris y un taxi.

“Al pasar el puente del Polvorín, enfrente del Conalep, mi padre alcanzó a ver el hoyo y gracias a Dios y a la velocidad que íbamos y un ‘volantazo' que dio, logró pasar la mitad de la camioneta saliendo casi volando.

“Alcanzamos a orillarnos metros adelante, nos bajamos a revisar que estuviéramos bien y observamos que había más carros afectados, entre ellos un Jetta blanco, un Tsuru 2 oro y un taxista. Les preguntamos si estaban bien y así fue, revisamos nuestra camioneta y estaban nuestras llantas rotas, rines, frenos, transmisión y parte del motor; gracias a Dios estábamos bien.

“Fui con mi padre a revisar el socavón y vimos que el trailer de carga alcanzó a frenarse y observamos que el Jetta gris ya estaba abajo en el socavón. No escuchamos ningún ruido, pero no pudimos acercarnos mucho porque se estaba derrumbando. Nos alejamos, no había patrullas ni nadie de la obra ni nada, por lo cual marque al 911 pidiendo ambulancia y unidad de rescate. Esperamos a que llegaran, tardaron 10 minutos en llegar y nos preguntaron si estábamos bien, contestamos que si y fueron a ver el socavón, ahí estuvieron revisando (sic).

“Como 30 minutos después por la desesperación e impotencia de ver a las otra personas debajo, pensando que pudimos ser nosotros, queríamos ayudar. Mi padre habló con una persona de la Cruz Roja y le dijo que porqué no bajaban por las personas o hacían algo y le contesto muy prepotente a la defensiva diciendo que él tenía familia”.

Jairo cuenta que estuvieron por varias horas hasta que unos trabajadores de "Grúas Mejía" movieron su camioneta unos 20 metros, sin su consentimiento, y después les pidieron 2 mil pesos por moverla de lugar.

“De lo que también me percaté es que las personas del Jetta gris, cuando cayeron seguían con vida, porque llamaron a sus familiares (dos mujeres), las cuales llegaron al lugar, no como dicen los del gobierno que ellos ya estaban muertos o que ya estaban enterrados.

También a mi opinión se tardaron demasiado en sacarlos, creo que pudieron hacer algo más los de rescate para sacarlos pronto y con vida. Son muy ineficientes ya que eso pudieron hacerlo en menos tiempo, en mi opinión, por que se supone que están preparados para eso y tienen todos los recursos para hacer su trabajo…”, señala.

ahc

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