Max Morales Martínez

, especialista en seguridad y liberación de rehenes, pidió a las autoridades de Nuevo León dar protección al ciudadano qu e, según información oficial, mató a tres secuestradores que lo mantenían cautivo en una casa de seguridad. Las medidas de seguridad, dijo, serían con el fin de que no sufra alguna represalia, ya que los fallecidos podrían tener otros cómplices.

Morales Martínez, con 28 años de experiencia en la liberación de personas víctimas de privación ilegal de la libertad, comentó sobre el caso de un hombre que fue secuestrado el pasado lunes y el miércoles aprovechó un descuido de sus captores para dispararles con una de sus mismas armas y tras escapar en un vehículo dio parte a las autoridades.

Los presuntos secuestradores que murieron en el incidente, eran un menor de 16 años y un joven de 24, originarios de Nuevo Laredo, Tamaulipas, además de otro individuo de 20 a 25 años que no fue identificado.

Morales comentó que los familiares de los secuestradores, cuando fracasa una privación ilegal de la libertad y no se logra un “rescate” piensan que les están quitando un dinero que les corresponde, pero si aunado a ello la víctima los priva de la vida, “entonces van a irse sobre la víctima”.

Por ello, señaló, las autoridades deben darle protección al hombre que logró escapar de sus captores. “Deben darle los beneficios a esta persona, que se presente ante la autoridad y aguantar las comparecencias y todo, pero en calidad de víctima”.

Agregó que podrían ponerlo en algún programa de testigo protegido o llevarlo a otra localidad, pues de lo contrario no va a tener tranquilidad. “Se debe hacer una investigación a fondo para saber quiénes eran, y quiénes faltan” en este grupo de secuestradores, para poder detener a todos, si hay otros integrantes del grupo delictivo.

“Eso es lo que hicimos con Daniel Arizmendi “El Mochaorejas”; no cejamos hasta capturar a todos los miembros de la banda, hasta que sólo quedó una persona, una mujer, la esposa de uno de los delincuentes a quien no se le ejerció acción penal, y eso fue porque había muchos niños, y no quedaría libre quién los cuidara” .

Max Morales, comenta que en cada país e incluso en cada región o ciudad del país, hay diferentes modalidades de secuestro. Citó por ejemplo que en Colombia, cuando este tipo de delitos ocurrían contra personalidades políticas o de gobierno, para evitar que un capo del narcotráfico fuera extraditado a Estados Unidos.

En este momento en México los secuestros tradicionales, dijo, son por extrema ambición y los cometen conocidos, hasta familiares, compañeros de trabajo, o empleados que saben cuál es tu capacidad económica, y el primer paso de un secuestro es una extorsión.

El secuestro económico tradicional, puede durar de 15 a 30 días, y los secuestros de alto impacto como el de Bosco Gutiérrez Cortina, que duró nueve meses; y el más largo que hemos tenido es el de la sobrina de José Sulaimán, Nelly Esper, que duró un año, ocho meses y doce días, así como otras personas en Aguascalientes, que duró un año tres meses.

“Hay bandas que operan en San Miguel de Allende, que están secuestrando por más de un año; se ha diversificado tanto, que ya cada estrato social, por lo menos en las principales ciudades del país, sufre una modalidad de secuestro distinto”, dijo Morales.

En su larga trayectoria como negociador, Max Morales afirma que hace 28 años cuando empezó a ver problemas de secuestro, fueron casi 390 asuntos en un año en el año a escala nacional, y no existían desapariciones como las que hoy abundan.

Ahora los secuestros ya son prácticamente en serie, tienes que ver a quién te estás enfrentando, no es fácil resolver un caso, y menos si algunas autoridades están metidas, concluyó Morales Martínez.

Google News

Noticias según tus intereses