Una descarga de aguas residuales al río La Silla, provocó la muerte de peces y otras especies como artrópodos, reptiles y aves que habitan en el cauce y las riveras del citado afluente del río San Juan, denunciaron ambientalistas de diversos colectivos de la entidad.

Durante un recorrido que realizaron este jueves en la zona, acompañados por el subdelegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Miguel Garza,  el activista Luis Armando Torres y el biólogo Antonio Hernández Ramírez, lamentaron el grave daño que sufrió el ecosistema, al observar cómo el agua arrastraba peces muertos que flotaban, y otros que también sin vida quedaban atorados entre las piedras.

Luis Armando Torres, comentó que este viernes presentarán una demanda formal ante la Profepa, para que sancione a quien resulte responsable por el daño ecológico en el último río vivo que conserva la zona metropolitana, y que presuntamente fue la empresa descentralizada del gobierno estatal, Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey, al registrase una falla en el sistema de drenaje sanitario, que si bien fue reparada, arrojó al cauce una cantidad incalculable de residuos contaminantes.

Hubo vecinos que comentaron que desde hace tres o cuatro días observaron que la corriente arrastraba grandes cantidades de espuma y percibieron que el agua despedía un olor penetrante similar al cloro, que causaba escozor o irritación en nariz y garganta.

Durante el recorrido, fueron observados decenas de peces muertos, de variedades como tilapias, mojarras y sardinas, al tiempo que algunas aves se acercaban a comerlos, mientras residentes del sector al ver que ardillas y otros especies de fauna nativa bajaban a tomar agua del río, optaron por colocar recipientes con líquido potable a orillas del afluente.

El biólogo Antonio Hernández destacó la gran importancia que tiene el río La Silla como zona de recreo y esparcimiento para miles de familias de Ciudad Guadalupe y otros municipios de la zona metropolitana, que acuden a bañarse en sus aguas y a descansar a la sombra de sus centenarios ahuehuetes.

Sus servicios ambientales son innegables, y este daño es grave, porque ya venía siendo afectado por la urbanización, descargas de drenaje, y la depredación que se registró para la construcción del estadio de futbol Monterrey de Grupo Femsa, dijo Hernández

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