“Contra el viento y la sequía”, inició la séptima edición de la Feria del Totopo, una tortilla crujiente deshidratada a altas temperaturas en hornos de comiscal, que forma parte de la dieta de los pueblos indígenas del Istmo de Tehuantepec.

― ¿Por qué contra el viento y la sequía? ―, se le pregunta a las mujeres procedentes de las comunidades que se caracterizan por su alta producción del totopo, como San Mateo del Mar, San Blas Atempa y Asunción Ixtaltepec.

― Porque desde septiembre hasta marzo el viento golpea con fuerza, dobla y reseca la milpa y cuando no es el viento, es la falta de lluvias como está ocurriendo ahora que no tenemos lluvias ―, respondió doña Idalia Patiño de la Rosa, de la comunidad de Rancho Llano, San Blas Atempa.

Doña Idalia presume que ella, junto con otras cuatro mujeres, formó la asociación “Mujeres Unidas”.

“Ya tenemos nuestra pequeña fábrica de totopos, instalamos los hornos, compramos molinos para moler el maíz. Recibimos de la CDI 150 mil pesos como apoyo”, dijo.

Desde Rancho Llano, una comunidad zapoteca del Istmo, el grupo de Mujeres Unidas trajo totopos de coco y de maíz zapalote chico, una variedad endémica. La novedad es que en este año están estrenando un empaque de plástico con la leyenda en zapoteco “Guetasuuquí”.

Aunque en zapoteco el totopo se le conoce como “Guetabiigui’”, doña Idalia explicó que escogieron como marca la leyenda de “Guetasuuquí” que generaliza la elaboración de la tortilla en el horno de comiscal que a base de barro rojo construyen los artesanos zapotecas.

En el amplio patio de la Casa de la Cultura de esta ciudad, se instalaron las mesas donde las productoras mostraron la variedad de sus productos y ofrecieron totopos de nopal, frijol, piña, papa, zanahoria, cacahuate, queso, epazote con chile y de coco.

Desde San Mateo del Mar, una comunidad de indígenas ikoots, llegaron cuatro totoperas que hace cuatro años fundaron la agrupación “Mbaj Nûx” que significa “Flor de Laguna”. Traen el novedoso totopo de nopal “para los diabéticos”, según explicó doña Amadelia Lobo Oronos.

Estas mujeres producen cada día 800 totopos que venden en el puerto de Salina Cruz. “Nos paramos desde las tres de la mañana, echamos la leña al horno, cocemos y molemos el maíz, elaboramos los totopos y cuando amanece salimos a venderlos”, explicaron.

― ¿Dónde consiguen el maíz en estos meses de sequía?

―Como todas las productoras de totopos, compramos con los campesinos que acumularon el grano desde el año pasado. Además hay campesinos que con pequeños pozos están produciendo, poquitas hectáreas, pero hay.

Como parte de la escenografía de la séptima edición de la Feria, los organizadores presumieron matas verdes de maíz zapalote hasta con dos mazorcas, “que se lograron con el riego mediante pozos pequeños”, dijo Tomás Chiñas, de la organización Tonna Taati.

afcl

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