Un total de 77 indígenas tzotziles, ex trabajadores del ayuntamiento de Chamula y sus familias, entre ellos mujeres embarazadas, se declararon en huelga de hambre en demanda de las quincenas que les adeudan.

Debido a las altas temperaturas, Martha Ángela Pérez Pérez, de 25 años, se desmayó y fue atendida por paramédicos de la Cruz Roja, quienes la estabilizaron.

“Estamos pidiendo que se nos pague un adeudo de las 13 quincenas con un monto total de 4 millones 581 mil pesos. Estamos plantados frente al Congreso porque necesitamos que nuestros diputados lleguen a un punto de acuerdo en donde a su vez emitan la orden de nuestro pago a la Secretaría de Hacienda”, manifestó Patricia Gómez López, vocera de los ex trabajadores.

Detalló que el adeudo corresponde a siete meses de salario, del periodo que corresponde a octubre de 2015 al 15 de abril de 2016.

Los tzotziles se desempeñaban en diferentes áreas de la administración del alcalde Domingo López González, quien fue asesinado en la sede del ayuntamiento por una turba enfurecida el 23 de julio de 2016.

La defensora jurídica agregó que el plantón, en donde también se encuentran niños, niñas, dos mujeres embarazadas y tres amamantando, no se levantará hasta que obtengan una respuesta favorable a la petición que han exigido desde 2016.

Gómez López dijo que además solicitaron la atención de los diputados para realizar una mesa de diálogo junto con el presidente del Congreso, Eduardo Ramírez Aguilar, para llegar a un acuerdo y no tengan afectaciones de salud.

Comentó que el actual presidente municipal de Chamula, Mario Santis, aunque ha expresado “buena fe y voluntad” para atender la demanda de pagos, también les dijo que el presupuesto local se encuentra “debidamente etiquetado y no prevé liquidaciones de sueldos atrasados”.

Santis nos dijo que “el dinero está comprometido, y pese a su buena disposición no hay recursos para resolver nuestros reclamos”, añadió la abogada.

Los indígenas se concentran en la entrada principal del inmueble legis- lativo, donde instalaron tres casas de campaña e improvisaron camastros con cartones y almohadas.

Voces de las afectadas. María Pérez Pérez, madre de tres hijos, trabajaba como afanadora para ayudar con los gastos a su esposo de oficio carpintero. Hoy sólo vende sus labores de artesanías, en la plaza de Chamula.

Candelaria Gómez, madre de tres niños, borda servilletas y pequeños tapices, “de momento la venta de estos productos es el único ingreso de mi familia”. A su esposo, Guadalupe Gómez Gómez, ex regidor suplente, le adeudan 117 mil pesos y “ no hay para cuando le paguen”, dice.

El homicidio del “alcalde Domingo nos pegó y cambió la ruta a quienes confiamos que concluiríamos su mandato con un trabajo seguro y garantizado”, afirmó Guadalupe, quien aguarda en las gradas de acceso al Poder Legislativo.

El joven tzotzil Víctor Hugo Díaz, con estudios truncos de computación y ex auxiliar administrativo de tesorería municipal, volvió al campo de labranza con sus padres “para sobrevivir”. Con el rostro cabizbajo dijo: “Me deben 84 mil pesos, pero una buena parte de ese dinero lo debo a usureros, amigos y familiares”.

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