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El presidente municipal priísta de Alcozauca, Guerrero, Nicolás Diego Herrera, fue liberado en el municipio de Olinalá, después de dos días de secuestro.

En conferencia de prensa, explicó que el pasado 14 de abril, sobre la carretera Copalillo-Olinalá, a la altura de la comunidad de Papalutla, dos hombres encapuchados y con armas largas le hicieron el alto a su camioneta.

Después de un disparo, el auto se detuvo por completo. Los delincuentes ordenaron a los acompañantes de Diego Herrera, su esposa y su hijas, que bajaran. Después, se subieron y se fueron con el edil.

En las primeras horas de ese viernes, todo se manejó con hermetismo. Ningún funcionario del gobierno estatal confirmó el plagio.

Según el testimonio de Diego Herrera, los delincuentes lo interrogaron sobre sus actividades. Les dijo que era transportista; sin embargo, cuando descubrieron que se trataba del munícipe de Alcozauca se molestaron.

“Me dijeron: ‘Ya dinos, ¿quién eres?’ y fue ahí donde les tuve que decir que era presidente municipal. Ellos me reclamaron que porque no les dije desde el inicio, que por eso las cosas ya estaban calientes y que había mucha policía recorriendo la zona e instalando filtros”, narró el alcalde.

Para conseguir su libertad, les ofreció su camioneta y los 14 mil pesos que traía consigo. Los criminales aceptaron el dinero. El edil intuye que lo tenían ubicado desde que se encontraba junto con su familia en el balneario de aguas termales, en la comunidad de Papalutla.

“Lo que escuché es que esas personas se pusieron en la carretera para detener al primero que pasara, y yo quiero pensar que lo que querían en ese momento era dinero”, aseguró.

Indicó que los plagiarios lo trataron “muy bien y nunca me hicieron daño”, y aseguró que el sábado notó que los sujetos comenzaron a desesperarse por la presencia policiaca en la zona. “Creyeron que los policías los tenían muy cerca”, recuerda.

Para la madrugada del domingo, contó el edil, los delincuentes le colocaron un gorro en la cabeza y después lo subieron a su camioneta y lo dejaron en libertad. “Mira, vete, pero no veas hacia atrás”, le dijeron.

Diego Herrera indicó que los secuestradores nunca lo sacaron de Guerrero, porque cuando lo dejaron en libertad se dio cuenta que estaba pasando por el crucero de la comunidad de Iyocingo, en Olinalá.

“Yo creo que los secuestradores se equivocaron de persona; yo pasé a la hora equivocada”, afirmó.

Violencia azota a funcionarios. En Acapetlahuaya, el domingo 9 de abril hombres armados llegaron a una casa del barrio La Guadalupana y a tiros interrumpieron una fiesta familiar. Ahí se encontraba el ex diputado local y ex alcalde de ese municipio, Roger Arellano Sotelo (PRD).

Los tiros le dieron al ex legislador y a su tío, Octavio Arellano, quien murió en una clínica, mientras que Roger Arellano falleció cuando era trasladado a la Ciudad de México.

Un día después, el lunes 10, dos personas asesinaron a tiros a Modesto Carranza Catalán, el suplente del diputado del PRI, Saúl Beltrán Orozco, compadre del líder criminal, Raybel Jacobo de Almonte, El Tequilero, a quien ejecutaron hombres armados.

El miércoles 12, en el municipio de Pungarabato (Ciudad Altamirano), sujetos armados se llevaron al ex alcalde y ex diputado federal por el PRD, Catalino Duarte Ortuño, quien continua plagiado.

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