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Ante el rechazo de empresarios e integrantes de la comunidad, por la ausencia de estudios y permisos para instalar en Punta Cancún la megarrueda de la Fortuna promovida por Dutch Wheel International, el gobierno municipal decidió suspender la obra durante 15 días, al confirmar que no han expedido ninguna autorización.

Los trabajos fueron detenidos desde la tarde del sábado, por la Secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano, que colocó sellos en la parte externa del terreno, anteriormente usado como estacionamiento del Mercado Coral Negro, en Punta Cancún, corazón de la zona hotelera.

El titular de la dependencia municipal, Francisco Javier Zubirán Padilla, informó que se suspendió la instalación de la Gran Rueda de la Fortuna para verificar la consistencia de la obra y su viabilidad.

“Este procedimiento legal se debe llevar a cabo en cualquier obra o construcción, de suspensión [sic]. Si yo llego a un inmueble y presenta la documentación, no hay ningún problema, pero si no la muestra, procede a suspender; si en 15 días no se acercan con nosotros a Desarrollo Urbano, ya se clausura la obra”, declaró, al señalar que no se ha emitido ninguna anuencia para el proyecto.

En teoría, la verificación de la obra y la determinación de su viabilidad debió ocurrir antes de iniciar la instalación de la estructura, consistente en una rueda de 60 metros de altura con un total de 42 cabinas, cerradas, climatizadas y con capacidad para ocho personas.

De acuerdo con una opinión técnica elaborada por la Secretaría Estatal de Turismo (Sedetur), toda vez que el proyecto se vende como un “nuevo atractivo turístico”, la empresa debió haber presentado antes de instalar la estructura, estudios de factibilidad técnica para la ubicación, construcción o cimentación, instalación y operación de la mega Rueda.

Entre esos estudios se mencionan el de mecánica de suelos, el de cimentación, el estudio de vialidad, debido al congestionamiento de la zona; un estudio de microlocalización y un estudio de mercado.

Además de carecer de dichos estudios, la gran rueda de la fortuna, no tiene permisos y durante el proceso de instalación se han cometido irregularidades que siguen sin ser sancionadas por el gobierno municipal.

La visita al lugar permite saber que la empresa no sólo cerró indebidamente el retornó en Punta Cancún, para usarlo como patio para la colocación de material y maquinaria, sino que ha invadido parte del camellón central del boulevar Kukulkán, para los mismo fines.

La administración del Mercado Coral Negro autorizó a la empresa usar el terreno para instalar el juego mecánico durnate 10 años, tiempo de operación del atractivo, pero se desconoce si el ayuntamiento le dio permiso para cerrar el retorno —incrementando los problemas de tráfico que padece el sitio— y si el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) le permitió invadir parcialmente el camellón.

Rechazada. El pasado viernes EL UNIVERSAL publicó que la estructura pretendió colocarse el año pasado en el estacionamiento Simón Bolívar, a un costado del Museo de Arte Moderno, en el parque de Chapultepec, en la Ciudad de México. El proyecto fue cancelado ante la oposición de vecinos del lugar.

En Cancún, la gran rueda de la fortuna, enfrenta similar oposición, debido a que su instalación podría complicar los problemas de imagen urbana de Punta Cancún, el tránsito vial y representar un riesgo, ya que este tipo de estructuras no son recomendables en zona de huracanes.

El administrador de la plaza donde se instala, Saúl Cruz, dijo que los empresarios de la rueda le aseguraron que el atractivo sumará miles de visitantes locales y extranjeros al deprimido centro comercial, por lo cual le permitieron hacer uso del terreno.

Por su parte, las autoridades municipales no han explicado qué clase de autorizaciones posee la instalación de la estructura, que planea iniciar operaciones el 14 de febrero.

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