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Chilpancingo.— “Todavía no se iba la presidenta del DIF [Mercedes Calvo] cuando una niña le dijo que la leche sabía mal, que estaba descompuesta. La señora tomó el bote, la probó y le dijo que estaba bien, que se fuera a su salón”, comenta Atanasio Quijano Martínez, subdirector de la secundaria Galo Soberón y Parra.

Añade que en total fueron 150 niños los que resultaron intoxicados por la leche que repartió la brigada del operativo Mochila Segura.

Quijano asegura que a los 10 minutos de que se retiró el grupo del operativo, en la cancha había muchos adolescentes que presentaban vómito y dolor de estómago o de cabeza. “Cuando nos dimos cuenta que cada vez eran más los que se sentían mal, primero hablamos al DIF que mandaran médicos y después les dijimos a los estudiantes que hablaran a sus casas”.

Reconoce que los botes de leche tenían fecha de caducidad del 4 de marzo de 2017; sin embargo —precisa—, el químico de la secundaria les dijo que se pudieron haber dañado porque fueron expuestos al sol.

Comenta que no fue informado de la visita de la presidenta del DIF y de otras autoridades que llegaron a tomarse fotos en la implementación del operativo, pero, al verla “esperábamos que nos preguntará qué necesitaba la escuela pero no nos dijo nada”, declara.

Añade que antes de botes de leche la secundaria necesita la construcción de más de 400 metros de barda perimetral, remodelación de los baños, equipo de computo, el pago de seis profesores que desde hace un año no cobran; un intendente, un velador, un prefecto, entre otras cosas.

Prioriza: “Necesitan la barda porque a la escuela se han metido a robar tubos de cobre y cable de electricidad, incluso, en una ocasión dejaron sin luz dos edificios porque se llevaron todo el cableado. Pero, sobre todo, porque hace unos años se han metido a golpear a estudiantes”.

Se investiga. Mercedes Calvo dice que en todo el estado ha repartido 180 mil botes de malteadas que fueron donados por una fundación y que los guardan en la parte más fría de las bodegas de la dependencias.

Señala que personal del DIF envió muestras a laboratorios de la Secretaría Salud en Acapulco para conocer qué le pasó a los botes de leche y que se harán públicos los resultados.

Tanto el DIF como la Secretaría de Salud insisten en que los estudiantes presentaron los malestares porque son intolerantes a la lactosa.

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