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Ante el bombardeo de información y el miedo que puede generar en niños y adolescentes los hechos ocurridos en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, donde un adolescente disparó contra tres de sus compañeros y su maestra, especialistas recomendaron no ocultar el tema, hablarlo y que los niños puedan expresar sus ideas y temores después de lo ocurrido.

Es necesario no “criminalizar” a los niños y aunque el programa “Mochila Segura” podría funcionar como medida emergente ante lo ocurrido, no debe quedarse de manera permanente puesto que es una falta de respeto para los estudiantes y viola sus derechos humanos.

Especialistas en Trabajo Social, Psicología y Sociología coincidieron en que es importante tocar lo ocurrido en Monterrey en un espacio donde los niños puedan sentirse oídos y respetados, para evitar que tenga repercusiones negativas en la manera en la que conciben el mundo e incluso que tengan temor de ir a la escuela.

Estos espacios se deben proveer en la escuela para que los niños y adolescentes puedan socializar sus temores y resolver sus preguntas con sus compañeros.

“Lo más importante es dejarlos hablar, hacer una sesión en donde ellos puedan explicar, expresar qué es lo que sienten y cómo lo sienten, hablar entre ellos y comunicarse. Sería ideal que la persona que esté delante pudiera conducir hacia eliminar los miedos y verlo como una situación excepcional de un niño que está enfermo”, señaló Nelia Tello, de la Escuela de Trabajo Social de la UNAM.

“Que reflexionaran sobre cómo los estamos empujando a la violencia a tal grado que se les ocurren soluciones a nuestros problemas en función de armas, explicaría la situación particular del chavo y daría tratamiento especializado a quienes estén temerosos y dieran muestras de que están cambiando de actitud, que ellos vean que es posible reconstruir la convivencia social y que es posible tener un horizonte de vida alterno a la violencia”.

Ana Gladys Vargas, de la organización Tech Palawi que ha trabajado con la UNICEF México en temas de violencia intrafamiliar, explicó que en el caso de los niños más pequeños, es necesario que los padres de familia estén atentos a lo que pase en la jornada escolar y a las preguntas que les hagan los niños, puesto que si tienen dudas sobre algo es porque seguramente están preparados para escuchar la respuesta.

Es importante considerar que con los niños que van en primaria o en preescolar, sólo hay que hablar si ellos sacan el tema a colación o preguntan.

El sociólogo René Jiménez Ornelas, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, recordó que la ciudad de Monterrey es una ciudad en la cual se viven importantes niveles de violencia, contexto social que repercute en los niños y se va dibujando de esta manera, la posibilidad de que un niño tenga acceso a las armas.

“Se les tiene que explicar desde el ejemplo, hay que hablar con ellos, transmitirles, tomarles en cuenta no sólo como opinión sino como parte de las acciones que se tienen que tomar para enfrentar estas situaciones. Hay una pérdida de valores y de transformación que los valores han ido cambiando y la criminalización de los jóvenes no se da solamente por parte de la delincuencia. Eso repercute en los niños y los jóvenes de tal manera que sus acciones se convierten cada vez más en acciones violentas”.

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