Cuernavaca.—Al oriente de Morelos se ubica el municipio de Temoac y sus cuatro pueblos: Popotlán, Huazulco, Temoac y Amilcingo. De esta última comunidad indígena era oriundo José Luis Luna Rodríguez, uno de los 43 normalistas desaparecido el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

Macedonia, madre de José Luis, quería que el joven trabajara para abonar a la economía familiar. “José Luis quería ser policía o militar para ganarse la vida y ayudarme con los gastos, para darme lo que quisiera”, expresa.

Cuenta que después su hijo cambió de pensamiento y un día le contó sus aspiraciones de ser maestro. Le pidió su apoyo para irse a la Normal Rural de Ayotzinapa, en Guerrero.

José Luis se fue a seguir su sueño, sus ganas de enseñar y ayudar a su mamá: “Yo lo dejé estudiar, nunca, jamás, pensé que me lo iban a desaparecer. Ya son 27 meses que no sé nada de mi hijo, lo que sí sabemos es que lo agarraron las policías, los militares”.

Macedonia habla rápido, atropellado, repite una y otra vez que a su hijo se los llevaron los elementos policiacos, los militares. Desde hace más de dos años vive en la Normal de Amilcingo, donde otras 42 familias también han hecho de la escuela su hogar.

Ella forma parte de una caravana donde los familiares de los desaparecidos llegaron a Cuernavaca para seguir con su demanda: la aparición con vida de los 43 normalistas.

Durante el mitin, hecho en la Plaza de Armas, anunciaron que hoy visitarán la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, donde los obispos Raúl Vera y Carlos Garfias oficiarán una misa. “Vamos por el milagro, vamos para que la virgen de Guadalupe nos oiga y regrese con vida a nuestros hijos”.

Macedonia recuerda lo que preparaba para su hijo en estas fiestas: “le gustaba que le hiciera tamales rojos y su champurrado, comprábamos pastel para la cena de navidad o de año nuevo, pero este año no, este año no llegará a cenar”.

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