Tepalcatepec.— La Policía Michoacán unidad Tepalcatepec —dependiente del gobierno estatal— anunció que está dispuesta a entregar sus armas, pero advirtió que no se hace responsable si los pobladores deciden defenderse de los criminales que los acechan, como el cártel de Los Viagras, al no contar con autoridades de su confianza, advirtió la comandante Juanita.

La también ex fundadora de las autodefensas negó que la policía local esté al servicio del crimen organizado: “El cártel de nosotros es nuestro pueblo. No amparamos ni protegemos a ningún cartel; el cártel es el que quiere entrar, que son Los Viagras, y nosotros no vamos a permitir eso”.

Juanita consideró que el intento de desarme, los bloqueos de alimentos y hasta de pipas de combustible para abastecer a Tepalcatepec son una respuesta del gobierno estatal, luego de que el pasado sábado los habitantes impidieron el aterrizaje de un helicóptero con funcionarios locales.

Señaló que tal fue el embate de la actual administración michoacana, encabezada por Silvano Aureoles, que incluso el único escolta de la Policía Ministerial que hay en la presidencia municipal fue castigado porque no puedo acudir de inmediato al llamado de sus superiores.

Recordó que palabras mal utilizadas de escoltas de Aureoles detonaron el conflicto entre el gobierno estatal y habitantes de Tepalcatepec.

“Retírense, ustedes no son necesarios aquí; váyanse unas tres cuadras más adelante”, fueron las palabras de los escoltas a los elementos de la Policía Michoacán, lo cual enardeció a los policías que se sintieron afectados en su dignidad, narró Juanita.

El gobernador, dijo, infirió que la movilización que rechazó su arribo a un evento programado en esa comunidad el fin de semana pasado, fue orquestado por Juan José Farías El Abuelo, baleado hace un mes.

El control de la seguridad aún lo tienen los ex autodefensas, que se levantaron en armas en febrero de 2013; los no más de 60 elementos policiales resguardan las entradas y salidas del pueblo. Sus uniformes están rotos, decolorados. No les han pagado; mucho menos les dotan de armas ni parqué, y ya ni pensar en un buen servicio de salud, recriminaron.

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