La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), acusó omisiones en la aplicación de protocolos para la inhumación de 117 cadáveres en las fosas de Tetelcingo, situado en el municipio de Cuautla, al oriente del estado. Los cadáveres fueron exhumados en junio pasado.

Fernando Mendoza Vergara, integrante del Programa de Atención de Víctimas de la UAEM, cuyos integrantes participaron en la extracción de los cuerpos, dijo que por la forma en que encontraron los cadáveres y los datos ilegibles en algunos de ellos, "se interpreta que no hubo la intención de localizar a los familiares de las víctimas con datos de identificación, antes de ser inhumados", dijo.

En la presentación del informe "Voces clandestinas de Tetelcingo: Interpretaciones preliminares", expresó “que el descubrimiento de las fosas de Tetelcingo revela los métodos con los que el estado lidia con los muertos en fosas ocultas que ensombrecen expresiones de la violencia”, dijo.

Por su parte la Fiscalía General del Estado (FGE) aseguró que previamente al proceso de exhumación e inhumación en Tetelcingo, se conocía la identidad de distintas personas a través de registros AFIS y varias más a través de testigos u otros medios.

Antes del proceso referido, la FGE tenía 88 perfiles genéticos, obtenidos previamente y que están siendo confrontados con las 117 muestras obtenidas de igual número de cadáveres en Tetelcingo. Actualmente, informó en un comunicado de prensa, se trabaja con esas 117 muestras. La FGE tendrá los resultados de la genética de éstas antes de 6 meses, a partir del fin de la proceso en Tetelcingo.

En el comunicado también señala que el 19 de julio pasado se enviaron a la Visitaduría General de la Fiscalía copias de 41 carpetas de investigación, relacionadas con muertes violentas, para deslindar responsabilidades administrativas que se hubiesen registrado.

En esa misma fecha, expuso, se remitieron a la Fiscalía de la Región Oriente 77 carpetas de investigación, a fin de que se pueda determinar la responsabilidad penal de servidores públicos implicados.

Por su parte el especialista forense Fernando Mendoza cifró en 117 cadáveres encontrados en las fosas y de ellos el 37 son hombres, el 7% mujeres y el 56% restante no fue determinado. También se cuentan nueve bolsas con partes de restos humanos.

Precisó que de los 117 cadáveres además de una bolsa con restos de un cadáver, el 93 por ciento no están identificados, mientras que el 7 por ciento corresponde a los cuerpos de Alfonso, Gerardo, Crispín, Mario, Juan, José, Braulio y Mario.

De los 117 cadáveres solo a 105 se les practicó la necropsia de ley, en cinco cuerpos no hubo necropsia y seis no se puede determinar.

Con respecto al registro previo a la inhumación de los cadáveres, a pesar de que 96 por ciento de ellos contaba con una etiqueta con los datos de su correspondiente carpeta de investigación, el 50 por ciento de éstas no era legible, además se perdió 23 por ciento de los rótulos de las etiquetas contenidas dentro de las botellas plásticas. Precisó que de los 117 cadáveres, 68 contaban con una botella, 19 tenían dos y 30 no tenían ninguna, detalló en el informe.

El especialista refirió que de los 117 cadáveres inhumados 64 por ciento fue depositado en posición horizontal, 8 por ciento en diagonal y 26 por ciento en vertical. Añadió que un 35 por ciento contaba con señas particulares como tatuajes, 43 por ciento con objetos asociados, 16 por ciento con lesiones, además de que el 62 por ciento de los cadáveres se encontró articulado y 74 por ciento completo.

Fernando Mendoza, en entrevista, lamentó la omisión que hubo por parte de las autoridades, y calificó como crímenes de lesa humanidad por la forma en que los cuerpos fueron tratados al violentar sus derechos humanos.

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