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Chilpancingo.— Edilberto o Alberto Bravo Barragán, El Gavilán, “presunto líder de un grupo delictivo que opera en Zihuatanejo” era el tercero de los objetivos prioritarios de la estrategia Guerrero, mencionó el comisionado Omar García Harfuch, jefe de la división de Investigación de la Policía Federal.

Reportes policiacos señalan que se trata de uno de los líderes de los Caballeros Templarios.

En conferencia de prensa, García Harfuch precisó que en un operativo coordinado, fuerzas federales detuvieron a Bravo Barragán en Zihuatanejo, puerto del que, de acuerdo con las investigaciones, pretendía manejar y lo denominó “probable responsable de la distribución de droga sintética hacia Estados Unidos”.

En la operación, donde participaron militares y marinos, no hubo disparos y detuvieron a otras tres personas: Nabor Jaimes, de 46 años; Juan Cadena, de 34, y Equinardo Barragán, de 38 años, quienes —declaró— “fungían como sus escoltas”.

La captura de El Gavilán representaba el tercer objetivo después de la detención del presunto ex jefe de sicarios del Cártel Independiente de Acapulco, Fredy del Valle Berdel, El Burro, quien fue arrestado en Los Cabos, Baja California Sur, en abril y de David Canek Palma Analco, El Deivy, presunto líder del grupo de los Beltrán Leyva en Acapulco, el 5 de junio en Cuernavaca.

Según el comisionado, a Bravo se le atribuyen diversos hechos de violencia en municipios de la Costa Grande, y junto a Fredy del Valle y David Canek Palma, el gobierno federal los ubica como “los principales generadores de violencia en la entidad federativa”.

El gobernador Héctor Astudillo Flores dijo que hace 10 días se reunió con empresarios hoteleros en Ixtapa, Zihuatanejo, quienes manifestaron su preocupación ante la elevación de la incidencia delictiva en la Costa Grande.

Ganaderos registran armas. Al menos 100 ganaderos de Tierra Caliente han registrado armas ante la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para defenderse de la violencia provocada por grupos delictivos, reconoció Ambrosio Soto Duarte, alcalde de Pungarabato.

Señaló que tras la salida de la Policía Federal en la región sólo operan “dos, tres patrullas del estado atajándolos”. De acuerdo con sus declaraciones, él porta una pistola, porque ha sido amenazado de muerte. La Fiscalía General del Estado, dijo, tiene conocimiento de estas advertencias, al igual que la Procuraduría General de la República.

Precisó que incluso no hay militares resguardando las calles de su municipio, porque a los elementos del 34 Batallón de Infantería, instalados en su cabecera municipal, Ciudad Altamirano, “se les ocurrió mandarlos a cursos: ¡Estamos solos!”. Días después de que Soto tomara posesión del cargo fue amenazado presuntamente por Los Caballeros Templarios, explicó.

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