La cara de desesperación de Juan Carlos Castillo duró más de 20 minutos. El fotógrafo que bajó desde su barrio, Guinea, área tradicional del puerto y cerca del centro, a comprar su tarjeta de Acabús terminó frustrado, pero al final contento porque el nuevo transporte representará una opción más para él. Con la Acabús tarjeta en mano, el señor un poco abrumado por los 37 grados centígrados, sonríe.

La modernidad llegó con bochorno en varios puntos de Acapulco, como en el poblado de La Venta, parte rural del puerto, donde transportistas con palos y piedras, impidieron el funcionamiento de seis unidades. Hubo acuerdo hasta la promesa de las autoridades de respetar los transportes tradicionales.

Son fallas que poco a poco se irán superando, considera optimista Simón Zámora, presidente del Consejo  de Administración de la Coordinadora del Acabús. Informó que el servicio arrancó al 97% e inició a las 5:30 horas. La compra de tarjetas se sobresaturó, dijo, una de las razones por las que el trámite para obtenerla fue complicado para Juan Carlos.

Entre los inconvenientes del “Día D” como se leía en los camiones de doble remolque que circulan por los 16 kilómetros del carril confinado, exclusivo para Acabús, que además daban la bienvenida en letras electrónicas a los usuarios, ocurrió que se descompusieron los lectores para cobrar y muchos viajes fueron gratis. La gente se confundía porque no entiende aún cómo funcionarán las 16 rutas, y si tenía que pagar 7, 3, o 10 pesos que en total costará el viaje.

Al menos 300 conductores se reunieron en el poblado de El Quemado para salir antes de las 6, cuenta uno. La ruta de ese lado, en la zona rural está de Paso  Limonero, frente a La Venta, que pasa por el bulevar Vicente Guerrero, Maxitúnel, continúa hasta la avenida Cuauhtémoc y concluye a la altura del edificio Oviedo, a sólo media hora en ese transporte al zócalo. Uno de ellos, dijo, “no nos han dicho cuánto vamos a ganar y si nos van a juntar el dinero a la primer quincena de julio.

El aire acondicionado hace el trayecto agradable. Al salir a la calle lo estropea el estupor de casi 40 grados de calor. La gente sonríe, sonríe, se toma de los pasamanos que hay en las 29 unidades de doble remolque que según prevén funcionarios viales desahogará el tráfico del puerto. La vista al mar que hay en la parada de Oviedo se disfruta a la par de que chavos que auxilian con la información del Acabús. Se observan las señalizaciones a Caleta y la gente se amontona.

El mayor inconveniente del día de arranque pasó en el poblado de La Venta, lo demás fue falta de tarjetas, lectores electrónicos inservibles y desinformación por parte de usuarios. En la comunidad unos 40 inconformes impidieron el paso a seis unidades con capacidad de unas 50 personas, ingresar a la base, una de las rutas denominadas alimentadoras "Venta/Cruces".

Minutos después de las 6:00, cuando ya había entrado el primer camión, choferes de camionetas alimentadoras que se dirigen además de la La Venta a Las Cruces, en la periferia del puerto, portando palos y piedras advirtieron que en la comunidad rural, de más de mil habitantes, que allí no entraría el Acabús.

Los choferes, para evitar confrontarse con los transportistas locales, que manejan taxis colectivos amarillo con blanco y los que manejan las rutas alimentadoras, que son camionetas tipo pick up, esperaron a Juan Barrios, delegado de Transportes en la zona urbana, pero fue hasta las 10:30 horas cuando llegó Miguel Ángel Peña Garibay, director de la Comisión de Transportes del estado, cuando acordaron una minuta; el Acabús suspendió servicio hoy, pero reanudará el domingo en ese lado.

En la Comisaría del pueblo, Juan Delgado, uno de los transportistas explicó las peticiones de los inconformes, que además de quejarse porque la competencia que representa el nuevo transporte, 10 y ellos 14 pesos hasta el centro, requieren la rehabilitación de la calle principal de la comunidad, las banquetas e iluminación por donde pasarán las unidades de Acabús.

Saber qué horario de servicio darán los camiones y que los incluyan en el Programa de renovación vehicular, que prevé financiamiento para la compra de nuevos autos, de autorizarse; además, otro puente de la colonia Agrícola vecina a La Venta, destruido por las lluvias torrenciales de 2013.

El compromiso con los transportistas fue que solo funcionarán cinco unidades en La Venta, y que se les informará la periodicidad de entrada de las unidades.

Varios usuarios aseguran que el Acabús es una esperanza para Acapulco. Varios choferes se sienten tranquilos de no tener que usar dinero y eso sea problema de la empresa que vende las tarjetas. “Por los asaltos. Además nosotros pasamos el examen toxicológico y nos estamos adaptando a manejar aquí”, asegura Carlos, un señor que fue guardia de seguridad privado y está contento con su nuevo empleo.

En Las Cruces,  Ciudad Renacimiento, Arroyo Seco, La Sabana, donde la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) acepta que hay indicadores de violencia elevados, pasa el nuevo transporte. Tan sólo en las últimas 35 horas Acapulco ha aportado ocho de los 21 muertos que hubo en Guerrero.

Para este proyecto se contrataron 350 operadores y 100 administrativos, más de 100 personas laborarán en el Organismo Público Descentralizado que dará más de mil empleos directos.

En el recorrido que realizó EL UNIVERSAL; además de gente que sigue confundida de cómo harán sus transbordos, sobre todo en la ruta que va hacia el centro de las colonias de la zona conurbada y desinformación en general sobre el servicio, se vio que siguen circulando algunas de las 366 unidades obsoletas que saldrían y vendedores ambulantes, sobre todo en el área del Zócalo, contrario a lo que prometieron las autoridades.


"Aquí todo es ensayo y error, pero creemos que nos irá bien", resume Carlos, quien espera a las 15:00 horas relevar a su compañero "¿No nos han dicho bien del pago, de los horarios, de las rutas, todavía nosotros de manera interna nos tenemos que poner de acuerdo".

cg

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