Mientras la Secretaría de Salud de Quintana Roo (SESA), niega que las condiciones de salubridad del hotel Oasis Palm Beach, en Cancún, provocasen severas enfermedades en turistas y empleados, surgen nuevos testimonios de vacacionistas que aún padecen de dolores estomacales y reclaman a agencias de viajes y al centro de hospedaje, su responsabilidad, al poner en riesgo su salud.

Luis Alfonso Loyola, ciudadano originario de Chile, viajó a Cancún el cuatro de febrero pasado, acompañado de su familia. Compraron un paquete con una agencia llamada “Viajes Falabella”, que condujo a un grupo de 12 personas para hospedarse en el hotel Oasis Palm Beach.

“La tarde del seis de febrero ya estaban enfermos mis dos sobrinos mayores. El siete ya era mi hermana, mi sobrino de nueve años y mi mamá de 65 años. Nosotros no tomamos ningún tour; siempre consumimos los alimentos en el hotel”, narró, en entrevista con EL UNIVERSAL.

Una doctora de apellido Lazcano, que labora en el centro de hospedaje operado por la cadena española, los atendió, pero tuvieron que hacer efectivo un seguro médico contratado con AssistCard.

“La doctora Lazcano nos dijo que estaban atendiendo a mucha gente enferma en el hotel y no se daban abasto. Nos inyectó buscapina para bajar el malestar, pero tuvimos que hacer efectivo el seguro de viajero, porque pasaban las horas y no atendían a mi madre.

“El doctor del seguro le inyectó un antibiótico. Nos dijo que ya había atendido a otras 60 personas con los mismos síntomas: Mareo, vómito, diarrea. El gerente del hotel tuvo que salir a comprar antibióticos y la buscapina que se les agotó; la doctora Lazcano nos dijo que lo más seguro es que era algo viral o una bacteria”, prosiguió.

Los antibióticos llegaron a las cuatro de la madrugada del ocho de febrero. Las vacaciones se arruinaron, el dinero pagado se perdió, la salud de los afectados quedó comprometida, porque los malestares prosiguen ahora en algunos de los que cayeron enfermos y ni el hotel, ni la agencia de viajes se quieren hacer responsables, reprochó.

“Nosotros salimos del hotel al mediodía del 11 de febrero, pero en el grupo que nosotros viajamos, pero no conocíamos, quedaron dos personas hospitalizadas que perdieron el vuelo. Mis sobrinos menores están aún en tratamiento con antibióticos, son chicos de siete y nueve años.

“Queremos que se hagan responsables, porque enfermamos dentro del hotel y vemos muy mal que estén minimizando el tema. Enfermaron panameños, mexicanos, brasileños, argentinos y chilenos, como nosotros. Dejamos una queja en la recepción del hotel”, indicó.

La pesadilla

Liza Vera Borquez, nacida en Chile, también viajó a Cancún con su esposo y sus tres hijos de 9, 11 y 15 años. Llegaron con un paquete contratado con la agencia de viajes LAN Tour el cinco de febrero y retornaron a su país el 13 de ese mes.

Entrevistada por separado, cuenta que el paquete abarcaba el hospedaje en el todo incluido Grand Oasis Palm Beach. Llegaron en la noche y para el día lunes la familia entera despertó con vómito, dolor abdominal, diarrea y fiebre. Una doctora –cuyo nombre no menciona- les inyectó medicamentos.

“Estuvimos encerrados en el hotel todos los días. Tuvimos que cancelar nuestros tours contratados en el mismo hotel. El jueves empeoró la situación. Mi marido y mi hija amanecieron muy mal y fueron hospitalizados en el Hospiten. El diagnóstico fue gastroenteritis mixta. Estuvieron hospitalizados.

“Mi marido se quedó ahí el jueves, pero mi hija hasta el día siguiente. Salió dos horas antes de que nos pasara a buscar la Van que nos llevaría al aeropuerto; fueron momentos muy angustiosos, fue horrible vivir esta situación. Nuestras vacaciones fueron una pesadilla”, lamentó.

La afectada subrayó que no consumieron alimentos fuera del hotel e ingresaron una queja ante LAN Tour, sin obtener respuesta. Su hija lleva tres semanas bajo tratamiento para combatir la gastroenteritis aguda que también la hizo ingresar de emergencia al médico, en Chile.

“Fuimos unas cinco familias afectadas, en nuestro grupo. La familia Faundez, los Nuñez, Chacón, Zuñiga y Henriquez. Nos hemos enterado que ya falleció una persona en Cancún y nadie se quiere hacer responsable. Es terrible”, expresó.

Sesa niega intoxicación como causa de fallecimiento

La Secretaría de Salud de Quintana Roo acudió a revisar las condiciones de higiene del hotel Oasis, dos semanas después de los primeros casos de gastroenteritis. Según sus reportes, dados a conocer hace una semana, no encontró indicio alguno de bacterias que dieran origen a enfermedades gastrointestinales.

Este martes emitió un comunicado para rechazar que la muerte del ciudadano norteamericano William MC Kitrick, se debiera a los alimentos que consumió en dicho centro de hospedaje.

El americano, quien laboraba para la empresa LifeStyle Holiday Vacation Club –que opera el tiempo compartido del Grupo Oasis- falleció el viernes pasado en una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

De acuerdo con los médicos del hospital “Playa Med”, al que llegó con un cuadro agudo de gastroenteritis, la bacteria alojada en los alimentos que consumió, le afectó las paredes intestinales, desde el estómago hasta el colon, perforándole el intestino, dañándole el corazón y detonándole una insuficiencia renal aguda, que requería de una hemodiálisis que no le pudieron practicar porque ni Oasis ni LifeStyle Holiday se hicieron responsables de los gastos médicos.

El jefe de la Jurisdicción Sanitaria 2, Jorge Gutiérrez Contreras, declaró este martes que Will “no ingirió alimentos en ese hotel, que pudieran haber ocasionado complicaciones en su salud”; reconoció que el extranjero se ausentó de su trabajo por incapacidad médica, debido a un problema gastrointestinal crónico y “otras dolencias” y aseveró que al ingresar al “Playa Med”, no mencionó haber comido en el hotel.

Sin embargo, Will dijo a los doctores desde el primer día que comió carne de puerco en el Oasis, que sintió que le había caído mal y que se atendió en las farmacias del Doctor Simi, inicialmente, hasta que no pudo más con las dolencias estomacales, el vómito y la diarrea, según refieren compañeros de trabajo que lo auxiliaron y visitaron en el hospital privado.

La dependencia estatal aceptó también que el reporte del IMSS indica que Will llegó en estado grave debido a una arritmia cardiaca, insuficiencia renal y dolencias por complicaciones de una cirugía de abdomen practicada en años anteriores, así como un problema de abdomen agudo por amibiasis crónica. No obstante, sostiene que no falleció por intoxicación por la ingesta de alimentos en el hotel, sino por dolencias no atendidas a tiempo.

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