En un hecho inédito en la historia de Quintana Roo, se presentaron 4 mil 333 denuncias ciudadanas ante la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en el estado, por la devastación de manglares, la muerte de especies de flora y fauna y la violación de las condicionantes impuestas por la Semarnat, en la autorización de impacto ambiental que expidió al Fonatur en 2005, para el desarrollo del mega complejo “Malecón Tajamar”.

La presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (GEMA), Aracely Domínguez y el vicepresidente de la Defensoría en Derechos Humanos, en la región sureste, Gerardo Solís, acudieron hoy a las oficinas de la Profepa en Cancún, para demandar la nulidad de la autorización otorgada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) el 28 de julio del 2005, a favor del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur)

Con ellos, iban Myrna y Mabel, quienes de un día a otro se han convertido –junto con muchas otras personas- en parte de todo un movimiento civil, horizontal, espontáneo, esencialmente compuesto por mujeres y unido por la defensa de los manglares y los animales.

“Jamás pensamos que lo que comenzó con un pequeño ‘vamos a parar las máquinas’, llegara a esto; estamos muy emocionados, nos motiva la respuesta de la gente, subimos y bajamos como en una montaña rusa de emociones. Hoy por hoy, es nuestro sexto día y las máquinas están paradas”, dice Myrna.

“Llegas al lugar y ves la destrucción que hicieron, ves al cocodrilo que parece que te ve pidiéndote ayuda y de verdad es impresionante. Hemos dejado familia, negocios, vacaciones, por estar al pie del cañón; somos muchas personas, la mayoría mujeres, siempre conduciéndonos de forma pacífica y con respeto”, agrega Mabel, quien invitó a la gente a visitar Malecón Tajamar, para atestiguar lo ocurrido y sumarse a la defensa de los recursos naturales que ahí están en juego.

Quienes se han unido y participan activamente, mantienen guardia permanente en los polígonos de “Malecón Tajamar” para impedir que las maquinas sigan desmontando los humedales, se organizan a través de redes sociales, recolectan firmas de apoyo, elaboran sus propios videos con fotos y audios, se asesoran con biólogos y abogados y difunden la causa involucrando a medios locales, nacionales e internacionales.

“Es el relevo generacional de los ambientalistas; son fruto de la cosecha del trabajo de las organizaciones que, desde hace 30 años, hemos peleado activamente por defender, conservar y proteger los recursos naturales de Cancún y todo Quintana Roo.

“Es muy interesante porque el 99 por ciento de este movimiento está integrado por mujeres, no hay un líder, sino que todos participan, todas se organizan y son las que tienen detenida la devastación que comenzó en Malecón Tajamar”, expresó Aracely Domínguez, la ecologista con mayor trayectoria en el estado.

Fonatur incumplió condicionantes a la autorización

Sobre las denuncias interpuestas, Domínguez Rodríguez explicó que se enfocan al incumplimiento del Programa para el Rescate de Flora y Fauna, toda vez que en los polígonos afectados existen especies protegidas por la Norma Oficial Mexicana 059, como la rana moteada, la iguana rayada, la palma chit, los manglares y diversos tipos de aves migratorias.

“Nosotros estamos aquí en representación de cuatro mil 333 personas que hicieron su propia denuncia, con nombre, dirección, correo electrónico y firma; estamos viniendo a exigir la intervención de Profepa, que debió haber intervenido desde hace muchos años, no días, años. Los Planes de Desarrollo Urbano, con el Plan que entregó Fonatur, son diferentes.

“El resolutivo de la Manifestación de Impacto Ambiental dice que para que pueda continuarse el desarrollo en esa zona, cada promovente tenía que haber presentado su propia Manifestación, cosa que no hicieron; el documento del resolutivo está a nombre de Fonatur y quienes están haciendo el desmonte, no es Fonatur, son los propietarios, por lo tanto están incumpliendo la legislación”, explicó.

Que anulen permisos y se declare área verde: GEMA

La ambientalista reiteró que la posición de la gente no es contraria al desarrollo, pero sí a fijar un límite lógico, de acuerdo con el escenario que Cancún, el estado y el mundo, enfrentan por temas como el calentamiento global.

“Ya tenemos un problema bien grave con lo del cambio climático y el sargazo en las playas; estamos perdiendo la actividad económica que es el turismo, consecuencia de la tala de manglares, entre otras cosas.

“Es urgente la intervención de Profepa. Estamos pidiendo que anule por completo la autorización de impacto ambiental”, subrayó, para luego agregar que la zona debe quedar como área verde y no desarrollar ahí las plazas comerciales, las residencias, los hoteles y la iglesia contemplados en el Plan Maestro.

El movimiento ciudadano ha enfrentado descalificaciones por parte de otros residentes, quienes señalan que Cancún se construyó sobre selva y manglares o que los que ahora se oponen a la devastación, viven en casas en donde hubo también humedales removidos y ninguno protestó en su momento.

“Quizá sí, pero ¿sabes una cosa? Yo en mi vida me había puesto a pensar qué hay debajo del piso en dónde yo duermo. Jamás en la vida, hasta que escuché a esas máquinas tronar y acabar con todo y empecé a averiguar y a comprender la importancia del manglar. Tienen razón… pero, perdón, se me acaba de abrir la conciencia y no me quiero quedar cruzada de brazos”,  les respondió Myrna.

afcl

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