Aguascalientes.— Desde el primer día de su detención Vanessa fue despojada de su ropa y obligada por la Procuraduría General de Justicia a enfundarse en un overol color zanahoria, igual al que vestían tres hombres también presos con los que presuntamente participaba en conductas ilícitas. Fue llevada a una celda del penal para varones de Aguascalientes.

En unos días cumplirá un año en el Centro de Rehabilitación Social (Cereso) tras haber sido detenida junto con otros tres hombres por el delito de posesión de narcóticos.

Ni su calidad de mujer transgénero ni las recomendaciones de las Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) y la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) han sido suficientes para lograr su internamiento en un lugar acorde a su alineación sexogenérica.

Familiares de Vanessa y organizaciones de defensa de los derechos humanos permanecen alertas ante la situación que enfrenta y demandan respeto a su condición femenina. “Es una mujer transgénero que está internada en el centro para varones y que desde nuestro punto de vista tendría que estar en un centro de mujeres, toda vez que se ha sometido a tratamientos hormonales incluso para transformar su cuerpo y ella eligió el género femenino”, señaló el presidente de la CEDH, Jesús Martín.

Para la autoridad penitenciaria, legalmente es un hombre de nombre Luis Alejando Díaz, de 35 años de edad, como se describe en su acta de nacimiento, que no ha sido modificada acorde a sus trasformación, porque en esta entidad no está legislado el reconocimiento de la alineación sexogenérica.

La CEDH emitió una medida cautelar a la dirección del penal para cuidar su integridad, para que no le sea tocada su apariencia, en espera que sea reasignada a un penal femenil.

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