Paseos en lancha, vivir la experiencia de montar a caballo, o realizar prácticas de tirolesa, fueron algunas de las actividades recreativas que llevaron a cientos de familias de la zona metropolitana, al visitar las instalaciones de la Séptima Zona Militar, que este domingo estuvieron abiertas a la población desde las ocho hasta las 13 horas.

Como parte de una campaña de acercamiento y convivencia entre militares y civiles, que se realiza desde hace cuatro años, más de dos mil personas acudieron a las instalaciones castrenses, no obstante las fuertes temperaturas desde temprana hora se sintieron en la zona metropolitana.

A las ocho y media inició el recorrido, bajo la supervisión y guía del general, Rigoberto García Cortés, comandante  de la Séptima Zona Militar, quien precisó que este ya es el cuarto paseo dominical que organiza la Secretaría de la Defensa Nacional, para que las familias mexicanas y en este caso nuevoleonesas, convivan con el personal del Ejército.

“Queremos que haya un acercamiento, pues al final somos los mismos, unos con uniforme y otros sin uniforme, pero todos contribuimos al progreso de México”, dijo el general García.

Asimismo, expresó, lo más importante es que gracias a esta convivencia entre los soldados y la sociedad, la gente vea que aparte de las labores de seguridad y defensa de la soberanía nacional, los militares también participan en labores de apoyo a la sociedad civil en caso de desastres”.

Y en ese sentido, los equipos y herramientas que los elementos castrenses utilizan en sus labores cotidianas, esta ocasión estuvieron al servicio de la diversión de los niños e incluso de adultos que,  por ejemplo en un pequeño lago artificial, pasearon en alguna lancha tipo Zodiac, que la Sedena utiliza para rescatar víctimas de inundaciones, durante la aplicación del Plan DN-III.

Los cables, poleas y arneses, que los miembros del Ejército utilizan en sus prácticas de tirolesa para ingresar a sitios de otro modo inexpugnables, se emplearon esta ocasión para que los menores experimentaran descargas de adrenalina.

Los caballos que cuidan y entrenan los guardias de las Fuerzas Rurales, estuvieron también disponibles para que infantes como  la pequeña Nicole, de apenas dos años de edad, dieran un paseo sobre el lomo de los cuadrúpedos, sin mostrar ningún temor.

El recorrido incluyó también una visita al vivero forestal, donde se producen más de mil 500 tipos de árboles, principalmente nativos de la región o ya bien aclimatados, como son pinos piñoneros, mezquites, guayabos, y naranjos, que fueron obsequiados, a quienes desearan plantarlos en sus casas.

Algunos municipios como el de Apodaca, se sumaron a la convivencia, al proporcionar paquetes escolares, además de organizar actividades recreativas como la actuación de payasos y la realización de una lotería.

Para quienes se interesaron, sobre todos los jóvenes, hubo también un módulo donde personal militar daba explicaciones sobre el tipo de armas que utiliza el Ejército, con especificaciones sobre su alcance y capacidad de fuego.

La idea sin embargo, expresó uno de los mandos castrenses, estuvo centrada en lograr  la convivencia y el acercamiento entre civiles y militares, más que en exponer lo que hacen los miembros del Ejército, que para eso se organizan otras actividades en otras circunstancias y momentos.

cfe

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