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El matrimonio Orozco Limón y sus tres hijos, estudiantes de primaria y secundaria, sobreviven con 100 pesos al día.

“Tengo que hacer ‘milagros’ porque cada niño gasta 20 pesos diarios en pasajes y con lo que queda comemos”, explica la madre de familia, Mercedes Limón Alvarado, de 35 años de edad.

La mujer platica que en 2014, una organización civil le regaló un predio. Con ramas, troncos y padecería de madera construyeron una choza; para las paredes utilizaron plásticos de color azul y el piso lo dejaron de arena. “Es un lugar pobre pero es nuestro”, dice; sus tres hijos y esposo avalan el comentario.

Recuerda que por muchos años vivieron en un lugar prestado, pero ahora son propietarios de este terreno: el lote número 22 de la manzana 2 de la colonia Simona Robles, a cuatro kilómetros al oriente de Juchitán de Zaragoza, en el Istmo de Tehuantepec.

El predio es el último de la colonia, colinda con el monte y ocupa una superficie de 10 por 20 metros cuadrados. Unos postes cercan la propiedad. El patio lo adorna un pequeño árbol de almendro y uno de mango.

Una cocineta, un catre con una colchoneta y una hamaca, son todos sus muebles. Los trastes y ropa cuelgan del techo amontonados en bolsas.

Esta familia zapoteca no cuenta con una sala, ni comedor, mucho menos un baño, utilizan uno comunitario; tampoco tienen televisor y radio, no poseen electricidad, “aún no tenemos ese lujo”, comenta el padrede familia, Fernando Orozco Trujillo, de 39 años y de oficio zapatero.

La familia Orozco Limón forma parte del 66.8% de la población en pobreza en Oaxaca, según las estadística del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Sin apoyo social. Mercedes Limón Alvarado recibe todos los días de su esposo 100 pesos. El dinero le tiene que alcanzar para la comida y pasajes de sus tres hijos; Jovani Joseph, de 11 años, Christian, de 15, y Fernando, de 13 años.

No hay más, es lo que gana al día Fernando Orozco en su pequeño local como remendador de zapatos en el interior del mercado 5 de Septiembre.

Su horario es de nueve de la mañana a las seis de la tarde.

Frijoles y huevos es la entrada y plato fuerte en la mesa de la familia Orozco Limón la mayoría de los 365 días del año.

A veces se combina con arroz o algún otro grano, pero nunca con pescado, pollo y carne; ésta última no la conoceno ni recuerdan el sabor.

“No, la carne ni la conocemos, mariscos ni se diga. Sólo medio alcanza para frijoles y huevos todos los días, a toda hora. No tomamos leche, a veces café”, explican.

Esta familia no recibe ningún apoyo gubernamental, ni federal ni estatal, no están dentro de la Cruzada contra el Hambre, a pesar de que Juchitán es uno de los municipios de la zona urbana que salió beneficiada con este proyecto de Sedesol, y tampoco están inscritos en Prospera.

Con lo único que cuentan es con el Seguro Popular, lo obtuvieron porque su hijo mayor, Christian, sufre de artritis juvenil; si no recibe tratamiento médico cae en crisis y sus huesos se deforman hasta inmovilizarlo.

“Sólo recibimos gratis la consulta porque los medicamentos los compramos y la verdad a veces nos angustiamos porque tenemos que conseguir hasta 2 mil pesos, de dónde, si somos pobres”, comenta Mercedes entre sollozos.

La pobreza es lo que conoce la familia desde hace años, pero Mercedes y Fernando no desean que sus hijos continúen en el mismo círculo, tienen sueños para ellos, educación.

Fernando, Mercedes, Christian, Jovani y Fernando son parte de los 2 millones 662 mil pobres que tiene el estado de Oaxaca, de acuerdo con las cifras 2014 de Coneval, pero ellos no lo saben, sólo sonríen ante la cámara fotográfica que por primera vez los visita hasta su humilde vivienda que colinda con el monte.

Estos adolescentes son ajenos a las estadísticas federales que colocan al estado de Oaxaca en el cuarto lugar a nivel nacional con más pobres según el Coneval. Están cómodos con lo que tienen, con lo que siempre han conocido, la pobreza, pero no están conformes; la esperanza de mejorar la vida que hoy tienen los hace sonreír.

En el estado de Oaxaca, de 2012 a 2014 aumentó en 228 mil el número de pobres, mientras que la población en pobreza extrema se incrementó en 213 mil personas.

jram

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