Tlaquepaque

Al entrar en la pequeña tienda, Luis del Hoyo detectó la botella, era un tequila reposado que nunca había visto y decidió comprar los cuatro ejemplares que ahí se exhibían; desde la etiqueta, el ex presidente José López Portillo saludaba montado en un caballo y vestido de charro.

Hay distintas versiones sobre el origen del tequila Don José López Portillo; una dice que antes del morir, en 2004, el ex mandatario intentó comercializar sin éxito la bebida con su nombre para saldar algunos problemas financieros, pese a su jugosa pensión vitalicia; otra señala que tras su muerte, alguien intentó vender la marca de tequila fuera del país.

Las cuatro últimas botellas de este tequila se vendieron en junio pasado a un costo de 550 pesos cada una, en el “santuario” tequilero localizado en el centro de Tlaquepaque, donde Del Hoyo tiene a la venta mil 557 marcas distintas.

A pesar de que hace 23 años este comerciante y su familia comenzaron un negocio con la venta de dulces tradicionales procedentes de distintas partes del país, desde que decidieron vender tequila se convirtieron en una suerte de arqueólogos que van recolectando piezas de la historia del mezcal más célebre de México.

“En nuestros viajes buscamos dulces y tequila, y luego de hacer los recorridos habituales entramos en sitios donde no hemos estado y hablamos con la gente, preguntamos... cuando hallamos un tequila que no conocemos vemos dónde se hizo, para tratar de localizar la fábrica y ver si todavía está abierta y si sigue produciendo”, señala Del Hoyo detrás del mostrador de su tienda, un mueble hecho con parte de la madera que durante décadas recubrió el piso de la catedral del pueblo de Tapalpa.

Hoy varios coleccionistas acuden al número 154 de la calle Juárez de Tlaquepaque a buscar marcas difíciles de conseguir porque sólo se distribuyen en otros países, como el Hacienda de Sahuayo —que se vende en Praga y Rusia—, o porque que simplemente han desaparecido, como los tequilas El Secreto, Don Tacho, Redentor o el Camacua, que hasta 2008 se fabricó en Churintzio, Michoacán.

“Pero el tequila no es sólo la bebida, es también artesanía”, dice el vendedor al  señalar un anaquel  donde las botellas de cerámica o vidrio soplado simulan bates de beisbol, toros, toreros,  cuerpos de mujer y hombre,  charros y chiles, entre muchas figuras.

En noviembre de 2014 la tienda de Del Hoyo obtuvo el Récord Guinness por ser el comercio con más variedades de tequila 100% agave; en ese entonces se contabilizaron 928 variedades y mil 100 botellas distintas.

La lista de nombres que saltan de los anaqueles por sí sola dice mucho de lo que es esta bebida: Don Julio, Don Fulano, Don Primo, Don Nacho, Don Fernando, Don Sergio, Don Roberto, Jenny Rivera, Frida Kahlo, Pedro Infante, La Chula, Mexita’s, Chile Caliente, Desobediente, Corazón Partido, Codicia, El Viejito, La Tilica, Tómalo Sinvergüenza...

“Todo lo que está aquí está a la venta, no es una colección (…) En la familia tenemos un acuerdo y fijamos un mismo porcentaje de ganancia para todo, así que no importa si es una botella única, rara o muy difícil de conseguir, nosotros sólo aumentamos el margen de ganancia a lo que nos costó”, señala Del Hoyo, quien además presume tener la tienda más antigua con dulces típicos de todas las regiones del país.

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