Doxey

Hace más de 100 años las aguas residuales del DF y del Estado de México se habían convertido en un problema. El gobierno federal solicitó a varias entidades que éstas fueran a parar a sus tierras; sólo Hidalgo aceptó y el agua fue regalada a perpetuidad a los campesinos, quienes de la suciedad de los desagües han hecho florecer un granero que ahora es devuelto a la gran ciudad en forma de alimentos.

Desde entonces, campesinos de Tula y de Alfajayucan han irrigado sus cultivos con aguas negras cuyo caudal fue en aumento a partir de los años 40, pero la incidencia de enfermedades prendió los focos rojos en la zona más de nueve décadas después de que comenzaron a utilizar ese líquido.

En 1991 se registró el primer caso de cólera en el Valle del Mezquital, por lo que se inició un registro para detectar a enfermos y se ordenó la suspensión del uso de agua para el riego en parcelas con hortalizas. La veda —en el papel— se mantiene hasta la fecha.

El dirigente de la Sociedad Ecologista Hidalguense, Marco Antonio Moreno Gaytan, explica que las hortalizas, al ser de tallo corto, absorben los contaminantes de aguas provenientes de descargas de drenaje doméstico e industrial, que, además de bacterias coliformes, contienen metales pesados como plomo, zinc, cadmio, boro y arsénico, así como compuestos tóxicos.

Pero también los nutrientes de estas aguas han hecho un campo productivo que alcanza un rendimiento casi similar al del norte del país, donde por hectárea se cosechan 20 toneladas de grano: el Valle del Mezquital alcanza entre 12 y 15 toneladas.

Al ser cultivos de ciclo rápido (tres, cuatro meses) se han convertido en una opción para los campesinos, quienes violentan la veda ante los niveles de pobreza, señala Francisco Cheuw, presidente de la Federación de Obreros Agrícolas y Campesinos (Fioac).

Considera esta zona el granero de Hidalgo; 80% de lo que aquí se siembra tiene como destino DF y Edomex.

Los cultivos se encuentran principalmente en los distritos de riego 3 y 100, clasificados dentro de los proyectos de irrigación desarrollados por el gobierno federal desde 1926 y que incluyen obras, como vasos de almacenamiento, plantas de bombeo, pozos, canales y caminos, entre otros.

En 2009 se dio a conocer el proyecto para sanear las aguas negras con una planta tratadora en un ejido de Tula.

El proyecto se inició con una inversión de 10 mil millones de pesos (49% de aportación federal y el resto de capital privado) en 160 hectáreas y el arranque estaba planeado en febrero pasado, pero no se ha concluido. La planta tendrá una capacidad de saneamiento que beneficiará a una población de 700 mil habitantes al ser tratadas 70% de las aguas.

Marcos Acosta, en su tesis “Determinación de los Metales Pesados en Suelos Agrícolas del Valle del Mezquital”, presentada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, señala que México ocupa el primer lugar en América Latina en uso de aguas residuales. A nivel mundial, ocupa el segundo lugar sólo por debajo de China.

En el país, más de 350 mil hectáreas son regadas con aguas negras, según el estudio “Uso agrícola del agua residual urbana: el caso de México y China”, del Instituto de Geología de la UNAM.

Los campos de Hidalgo son los más sobresalientes, con 130 mil hectáreas, seguidos de Puebla con 18 mil y Guanajuato con cuatro mil hectáreas.

En el caso de Hidalgo, a las descargas de aguas negras hay que sumar los residuos de drenajes de empresas como la Refinería Miguel Hidalgo, la termoeléctrica, cementeras, industria química, de fertilizantes, plantas de ácido sulfúrico, así como de pesticidas que, de acuerdo con Moreno Gaytán, son las más contaminantes y peligrosas.

Marcos Acosta advierte que los metales rebasan los límites permitidos: el reporte de cromo es 84.5 miligramos mientras que el valor normal es de 65; en el níquel, las concentraciones son de 36.5 y lo normal es de 20.

Francisco Cheuw señala que también hay agua blanca. En Tezontepec de Aldama, municipio que integra la zona, no pueden prohibir la plantación de hortalizas debido a la existencia de manantiales, por lo que al juntarse en los puntos de venta se desconoce su origen de siembra.

Al respecto, Rosa Gabriela Ceballos, titular de la Comisión para la Protección contra Riesgos sanitarios del Estado de Hidalgo, dice que la dependencia sólo tiene facultades para revisar los puestos de alimentos y conocer si hubo una desinfección de verduras.

La pretensión de quitar el agua a los campesinos ha tenido varios brotes de inconformidad, pues insisten que esta agua constituye una fuente de riqueza y rememoran el refrán de “agua que no has de ocupar, déjala llegar”.

Google News

Noticias según tus intereses