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En la recta final de la contienda electoral, Silvano Aureoles Conejo, candidato al gobierno de Michoacán por la alianza PRD-PT-Panal-PES, apuesta por alcanzar una ventaja de dos dígitos sobre su principal rival, el priísta Ascención Orihuela Bárcenas, sin embargo, reveló que órganos de inteligencia lo posicionan siete puntos arriba.

Entre figuras y cuadros de caballos que colecciona apasionadamente en su casa de Zitácuaro, Aureoles dijo, en entrevista, que los últimos enfrentamientos en el estado han prendido los focos ante la amenaza latente del crimen organizado y su posible actuar en las elecciones del 7 de junio.

Ante esto, sostuvo que la entidad necesita de un gobernante electo con todo el respaldo para tener legitimidad y no sea cuestionado tras los comicios.

A una semana de las elecciones, ¿cuál es su perspectiva?

Traigo cinco partidos de la contienda que me apoyan abiertamente: una buena parte del Verde que anunció su adhesión conmigo; de Movimiento Ciudadano, del PAN, que renunció buena parte y se me unió, y de PRI una parte abierta, la ola roja.

Una mención que me dieron es la de los órganos de inteligencia, que me dan siete puntos sobre el candidato del PRI.

¿Órganos de inteligencia nacionales o locales?

—Sí, órganos de inteligencia nacionales. La cosa es que muchos no dicen sus preferencias. Sobre todo en las regiones por la historia caciquil del candidato del PRI y su clan impresionante.

¿Cuál es la apuesta para el 7 de junio?

—Mi apuesta es llegar a dos dígitos de diferencia. No es un asunto de vanidad, sino que Michoacán, como está, requiere de gobernabilidad, legitimidad, requiere un gobernador fuerte, con mucho respaldo, que no sea cuestionado después del 7 de junio.

Que los demás competidores no comiencen a decir que se repita la elección o a descalificar. Si la diferencia es de dos dígitos no habrá margen para ello, cerramos ese capítulo y le pegamos a lo que sigue.

¿Qué tan difícil ha sido hacer campaña en Tierra Caliente y esos municipios donde ha habido conflictos?

—Yo siento que no fue difícil, fui a la Costa, me reuní con casi todos los líderes, algunos, porque otros como Hipólito Mora decidió irse a MC; Mireles, alguna parte de su familia se pegó con la candidata del PAN. Pero los demás se adhirieron a mí.

Hipólito es un buen líder, lo conozco y lo aprecio, pero la mezquindad de Movimiento Ciudadano por querer tener votos, va y se lleva a un líder. El otro líder de las autodefensas, El Pitufo, le levantó la mano a Chon Orihuela del PRI.

¿Se ha mantenido al margen de las autodefensas?

—Sí, me he mantenido al margen, platiqué con ellos y les dije que no quiero fotos porque la cosa no es por ahí. Es muy grave la situación en Tierra Caliente, en la Costa y en la Sierra como para andar jugando electoralmente con eso.

Los hechos que se han repetido en los últimos días en Aquila hablan de la gravedad del asunto, hay barricadas, es un ambiente de guerra, e ir de manera frívola a pedirles que te levanten la mano porque quieres votos, es una actitud irresponsable, por eso no lo voy a hacer. Lo que necesitamos es resolver el problema, ya que el gobierno estatal dejó de hacer su trabajo.

¿Hubo amenazas del narco en su campaña?

—En la parte de inseguridad y conflictos de esa naturaleza, y de manera directa, nada. Tengo información en algunos municipios, como Turicato, donde nuestro candidato sufre la presión de la delincuencia en esa zona porque incluso están muy vinculados a la candidata del PRI y se sienten envalentonados y comienzan con las amenazas.

Tras el asesinato de un candidato en Yurécuaro, del enfrentamiento en Tanhuato y Aquila, y las amenazas del Cártel de Jalisco Nueva Generación, ¿la amenaza es latente previo a las elecciones?

—Está latente. Hasta ahora no he visto un actuar de la delincuencia organizada tratando de interferir el proceso electoral o lo que vimos hace tres años, haciendo proselitismo abierto a punta de pistola en favor de un partido y sus candidatos. Todos estos hechos prenden los focos porque, claro, hay riesgo latente, no está resuelto el asunto y sigue habiendo este vínculo perverso de ciertos sectores de la clase política aún con la tentación de ganar el poder a costa de lo que sea.

¿El riesgo de la actuación del crimen organizado en las elecciones es alto?

—El riesgo para la inestabilidad de Michoacán es alto porque entonces el gobierno federal tendría, de manera permanente, que estar gobernado el estado. El gobierno está obligado a cuidar este tipo de cosas porque Guerrero se le queda chiquito cuando Michoacán se pone alebrestado.

¿A Alfredo Castillo lo hubieran dejado como comisionado?

—A Alfredo Castillo lo sacaron cuando no debieron, por presión política se politizó y se mezcló con el proceso electoral la tarea que él estaba haciendo. Desde que anunciaron que lo iban a sacar porque no culminó un proceso (...) por ejemplo, la legalización de las autodefensas, ese proceso tenía que terminar, no entiendo cómo armaron una dupla de fuerza ciudadana para lo urbano y fuerza rural, eso no funciona.

La policía estatal debe ser única, además es un reguero y yo creo que está contaminado, ahí se mezclaron buenos y malos. Hay que acomodar eso y eso lo tenía que hacer Castillo porque el otro que nombraron (el comandante del Ejército, Felipe Gurrola) ni sus luces.

Hoy no estamos bien, desaparecieron los policías de tránsito y es un caos en todos lados porque quienes hacen esa tarea son los policías municipales, que son los de seguridad pública, y con esto la queja de las extorsiones es impresionante.

En muchos municipios, por este fenómeno que se cambiaron de bando, siguen yendo a recoger la cuota, sólo que ahora es la policía con uniforme y con patrullas, eso debe terminar pronto.

¿Entonces el general Felipe Gurrola no está haciendo lo que debería?

—Yo no entiendo el papel del general, se le ve poco, está bien que no sea protagónico, pero en este proceso de depuración no lo veo, está muy ausente. Satanizaron a Castillo, pero hay que reconocer que en seis meses desmanteló a la banda que tenía asolado al estado. La detención del último delincuente (Servando Gómez La Tuta) fue parte de ese proceso de desarticulación.

¿Podría haber una alianza de facto entre PRD y PAN?

—Yo no las he buscado, tampoco la veo y tal vez la historia de alianzas entre PAN y PRD puede dibujar un escenario como ése, pero no lo veo, sobre todo porque la candidata del PAN es difícil de trato y no la veo en ese ánimo. La veo muy enojada, con un ánimo poco accesible.

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