Morelia.- La noche del miércoles 4 de marzo de este año, Noel Uriel Pérez Rivera, debió quedarse a cenar en casa de su amigo Luis, como lo hacía todos los días desde que llegó a Lázaro Cárdenas. También debió atender la recomendación de su jefe, el experimentado ingeniero civil Guillermo Montes, que le sugirió tomar la carretera a Morelia al día siguiente.

Noel Pérez Rivera, se arrepiente también de haber bajado la marcha de su camioneta pickup para observar más de cerca a unos policías federales que hurgaban con empeño una bolsa de mujer color rosa, poco antes de llegar a la caseta de 178 de Feliciano de la autopista Morelia-Lázaro Cárdenas.

Esa cadena de errores, piensa ahora, es la que lo mantiene desde hace dos meses y cuatro días, en una celda del penal de La Mira, del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, acusado de haber matado al contraalmirante de la Secretaria de Marina, José Luis Corro Chávez.

Noel Uriel tiene 29 años y hasta antes de la noche del 4 marzo era uno de los pocos ingenieros civiles especializados en Michoacán, en el manejo de maquinaria topográfica satelital y tenia sueños de ir a Francia a cursar una maestría en topografía.

Ese día el ingeniero graduado apenas en diciembre pasado trabajó desde las 8 de la mañana y hasta pasadas las 19:00 horas en la mina Las truchas de Arcelor Mittal.

Noel era el jefe de brigadas de la empresa "MG Constructores" y uno de los hombres de mayor confianza del ingeniero Guillermo Montes, que le tomó afectó al muchacho por su dedicación, humildad y carácter sosegado.

35 MINUTOS FATALES

Noel abandonó la mina ese día a bordo de su camioneta pickup azul, a las 19:24 horas, con 49 segundos según el registró de las cámaras de seguridad a la cual tuvo acceso EL UNIVERSAL.

Testigos presenciales y trabajadores del joven afirman que se dirigió inmediatamente a la casa-oficina, ubicada al otro lado de la acera de la mina que un mes antes había rentado la empresa para los ingenieros y el personal del proyecto.

Ahí vivía y trabajaba desde hace un mes y decidió darse un baño para partir hacia Morelia.

Se reunió con el jefe de seguridad e higiene de la empresa, Luis Saenz para revisar los últimos pendientes del siguiente día.

Ambos, enviaron correos electrónicos reportando a la constructora los pormenores de la jornada laboral y los reportes de cada mes.

El ultimo mensaje electrónico que envió Noel a su jefe, Guillermo Montes, en la oficina de Morelia, marca las 19:41 horas de ese, pero continuó hablando con él vía mensajes de texto hasta las 20:27 horas, poco antes de agarrar las llaves de su camioneta y despedirse de Luis Saenz.

Luis todavía hizo un último intento disuadir a Noel del viaje y le ofreció que se quedará a cenar la morisqueta que su mujer había preparado para ambos.

Noel declinó con amabilidad la invitación y en desagravió prometió traerle un regalo para su hijo, que en breve nacerá.

Pasaban de las 20:30 horas cuando Noel y Luis se despidieron.

Para las 20:52 horas, Noel cargó gasolina en la estación de Buenos Aires, ubicada en el kilómetro 6 de la carretera Lázaro Cárdenas-La Mira, y pagó con su tarjeta de nómina de Banorte, según consta en el baucher que firmó.

Se dirigió a la tienda de conveniencia de la misma estación y compró un par de bebidas energizantes y nuevamente realizó el cargo a su tarjeta.

A las 21:00 horas enfiló hacia la carretera federal Lázaro Cárdenas-Morelia y realizó un recorrido de 25 kilómetros y 18 minutos antes de llegar a la autopista.

En el trayecto habló con una amiga cuando observó que a la altura del kilometro 282 de la carretera federal Lázaro Cárdenas-Morelia, antes de llegar a la caseta 178 de Feliciano, había patrullas y agentes de la Policía Federal y observó con curiosidad como revisaban una bolsa de mujer color rosa.

Bajo la velocidad y pensó que había habido un accidente y cruzó por su mente la idea de bajarse para ayudar, pero finalmente recordó su compromiso en Morelia y siguió de frente.

Con el micrófono inalámbrico pegado a la oreja narró a su amiga lo que había visto y quizás por eso no se percató de que una patrulla le siguió el paso y espero que cruzará la caseta de cobró para detenerlo finalmente en el kilómetro 270, ocho kilómetros y 10 minutos después de la caseta de peaje.

Al otro lado de la línea, su amiga escuchó groserías y golpes y gritó asustada a quien estuviera del otro lado, que lo dejarán en paz y no le hicieran daño. Pensó en un asalto.

La llamada se cortó de tajo a las 22:03 horas de ese miércoles 4 de marzo.

LA PESADILLA DE KAFKA

A golpes y empellones Noel fue subido por policías federales adscritos a la subestación de Petatalco, Guerrero, a la patrulla 12142.

Fue llevado a las instalaciones de la subprocuraduría de Justicia de Lázaro Cárdenas, junto con otro hombre que al igual que a él lo habían detenido sobre la misma carretera pero en sentido contrario.

Su nombre era Miguel Ángel Nieto Bejar, y conducía un chevy guinda. En una primera declaración dijo que Noel venía con él y que era su cómplice, y en una segundo momento declaró no haberlo visto nunca en su vida.

Noel ignoraba que a unos 30 kilómetros de la estación Buenos Aires, donde cargo gasolina esa noche un alto mando de la Marina era asesinado frente a su esposa y una tía de está, bajo el presunto móvil de robo del vehículo.

El contraalmirante Corro Chávez, fue atacado por tres hombres en la calle Emilio Zapata de la colonia Ejidal, de la ciudad de Lázaro Cárdenas en los momentos en los que llegaban a visitar a una pareja de amigos con motivo de un cumpleaños.

De acuerdo a la primera declaración ministerial de la viuda, Victoria Torres Álvarez los hechos ocurrieron alrededor de las 21:05 horas, justo en el momento en el estacionaban la camioneta blanca Tacoma, propiedad de la Secretaria de Marina, frente al número 12 de la calle Zapata, una cerrada de adoquines y palmeras, que se encuentra justo a espaldas de una tienda Aurrera, en la zona norte de la ciudad de Lázaro Cárdenas.

Para las 23 horas, a los correos de todos los periodistas llegaba un comunicado de prensa de la Procuraduría General de justicia del estado anunciando que habían logrado la captura de dos, de los tres homicidas del capitán de puerto, en menos de tres horas de ocurrido el asesinato.

EL PROCESO

A Noel se le atribuye a partir de ese día los cargos de homicidio doloso en contra de José Luis Corro Chávez, quien recibió tres disparos de una pistola calibre .45., y también de ser parte de una banda de roba coches que operaba en el puerto.

La viuda del alto mando de la marina, declaró en un primer momento que un día antes de morir José Luis Corro le había comentado: "...que uno de sus subordinados , le dijo que se cuidará mucho, porque personal de API le había comentado que estaba muy enojado porque ya se iba a quedar ahí en la capitanía...".

LAS INVESTIGACIONES

Para el 13 de abril pasado, se presentó en un noticiero de cadena nacional a un menor de edad de nombre Jesús Alberto Padilla Maldonado, declarando fríamente ante las cámaras como habían matado y despojado de su vehículo al contraalmirante.

Dijo también el nombre de dos de sus cómplices -Migue y Pako Barragán-, pero nunca mencionó el nombre de Noel Uriel Pérez Rivera.

Padilla Maldonado, según la PGJ, era el tercer implicado en el caso del asesinato del capitán de puerto que ese día huyó por una brecha.

La viuda identificó mediante fotografías presentadas por la dependencia oficial, impresas en fotocopias en blanco y negro, a los tres jóvenes como los agresores y asesinos de su esposo.

Noel, dio positivo en la prueba de radiozonato de plomo de la mano izquierda, pero su abogado defensor Javier Ferreyra Ávila, asegura que esta prueba no es determinante.

El procurador de justicia del estado, José Martín Godoy Castro, aseguró al respecto que la dependencia "está por la verdad histórica de este y cualquier caso de procuración de justicia", y apeló al desahogo de pruebas que en los días próximos ofrezcan los abogados.

Para Godoy Castro el caso del contraalmirante era un caso cerrado exitosamente dada la rápida actuación de las autoridades y localización de los asesinos, según dijo.

No contaba con que la noche del jueves 8 de mayo, Jesús Alberto Padilla Maldonado de 15 años de edad, se fugó del tutelar de menores de Morelia, dónde permanecía recluido.

Su declaración preparatoria y su proceso nunca estuvo integrada al expediente de Noel, por ser menor de edad por lo que tampoco los abogados conocen el contenido de sus declaraciones.

"COMO VAN A LIMPIAR EL LODO": LEOPOLDO GARCÍA

La familia de Noel se pregunta todos los días como pudo ocurrirles esta tragedia. No se explican como pudo un joven como Noel verse involucrado de la noche a la mañana en un caso como este.

Ni siquiera es una posibilidad admitir por algún resquicio la culpabilidad de Noel.

Don Leopoldo García, es un hombre corpulento que se quiebra al hablar de su hijo el mayor, el ingeniero de Tzitzio, el pueblo que lo vio nacer y del que se siente orgulloso.

"¿Cómo y quién le va a limpiar el lodo a mi hijo cuando salga?, ¡quien va a creer que el no tuvo nada que ver y que nunca ha agarrado un arma?", se pregunta el padre de Noel.

Lo único que importa ahora, dice, es que el muchacho vuelva a casa y todo se aclare. Lo demás, "con el tiempo, quizás podamos disfrazarlo".

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