Chilapa.— No hubo festejo. La violencia en este municipio inhibió la conmemoración del Día del Estudiante. De los 200 días que tiene el calendario de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), se han suspendido unos 40 días en varias escuelas, sobre todo de la zona indígena.

El Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Federal coexiste con niños desde preescolar a secundaria que salen de sus escuelas y en la plaza pública. La gente pide tregua a la delincuencia organizada que se ha apoderado de su ciudad, reconocida a nivel nacional por sus artesanías, el pan de sabores dulces y texturas diversas y su “tigrada”, el desfile de cientos de personas enmascaradas de jaguares-tigres realizado en agosto.

En las calles del centro, donde hay 44 escuelas de nivel básico, de las 663 que hay en la región de la Montaña Baja: Zitlala, José Joaquín Herrera, Ahuacoutzingo y Chilapa, se observan policías estatales, pero no ocurre lo mismo en las comunidades indígenas, donde la suspensión de clases se agudizó desde julio de 2014, con las primeras balaceras a la vista de todos.

Félix de Jesús Jiménez, delegado de la SEG, aseguró que terminaron la semana con 140 escuelas cerradas; dijo que de los 3 mil 200 maestros que hay frente a grupo, 892 no han tenido clases regulares en este ciclo escolar, sobre todo de comunidades como Atzacoaloya, San Ángel, Ayahualulco, que están en la franja limítrofe que colinda con Quechultenango, donde opera el grupo delictivo de Los Ardillos.

Paulina, una señora que tiene un negocio de comida, señaló que no sólo es la situación de falta de clases, en su caso, las ventas han bajado en 60%, situación peor para los vendedores ambulantes, como Óscar, que viene desde Atzacoaloya a vender hamacas y lleva toda la semana sin vender ni una.

El delegado dijo que la SEG garantizará la documentación a los 62 mil niños, pero lamenta la baja calificación que hay en la región, donde se encuentran comunidades con bajos indicadores de desarrollo, como la zona indígena de Chilapa y en municipios como Ahuacoutzingo.

Siente muy lejano que haya apoyos en programas federales como Escuelas de Calidad, de Excelencia o de Tiempo completo, que apoyarían a las familias de esas zonas que se mantienen sobre todo del campo.

Para Félix es triste que no haya un día del estudiante “pero uno como autoridad educativa qué hace, más que apoyar, este problema no es nuestra culpa y lamentablemente los que pagan son los niños”.

Mientras, en la preparatoria 26 de la Universidad Autónoma de Guerrero se vieron afectados mil 100 alumnos por falta de labores.

La SEG y la UAGro prevén el regreso a clases total para el próximo lunes 25 de mayo, tras solicitar a la Policía Federal apoyo también para los estudiantes de este nivel.

La Policía Federal que permanece en Chilapa ayudará con patrullajes a la escuela ubicada en el barrio de San Antonio, por donde se llega a Quechultenango, bastión de Los Ardillos.

La vigilancia es necesaria porque los estudiantes tienen miedo, dijo Ambrosio Andraca Eligio, subcoordinador académico de la UAGro.

Se gestiona la construcción de una barda en la UAGro; según el rector, Javier Saldaña, es la única escuela que suspendió clases por la violencia.

“La violencia secuestró a la infancia en Chilapa... Allí tienes a niños que no pueden salir ni a comprar una nieve”, lamenta una mujer de la zona.

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