Chilpancingo.— A pesar del anuncio gubernamental del regreso a cursos en Chilapa, luego de 11 días sin actividades escolares por la inseguridad y violencia, aún hay cuatro mil 629 estudiantes sin recibir clases; la mayoría, en comunidades indígenas.

El delegado de la Secretaría de Educación de Guerrero (SEG) en la región de la Montaña Baja, que incluye Chilapa, Ahuacoutzingo y Zitlala, Félix de Jesús Jiménez, informó que del total de 62 mil 185 alumnos que hay en la zona, regresó la mayoría, por lo que “confiamos en que mañana retomen las actividades normales”.

Un total de 297 docentes, de los tres mil 67 que hay tampoco pudieron asistir a las comunidades, sobre todo de preescolar indígena, donde 67 escuelas no pudieron abrir en localidades del sur de Chilapa, de donde son originarios los civiles armados que atemorizaron al municipio al irrumpir violentamente el 9 de mayo.

Además, las familias de 12 personas de Chilapa denunciaron ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, cuyo personal de acuerdo con su titular, Ramón Navarrete, está ahí desde el 9 de mayo, la presunta desaparición de algunos familiares durante los cinco días que estuvieron presentes los supuestos comunitarios. Dijo que valorarán emitir una recomendación a los tres niveles de gobierno.

La gente denunció ante personal de la comisión, que mientras los hombres del sur de ese municipio mantenían “sitiado Chilapa”, desaparecieron sus familiares, lo que podría desprenderse de una queja por la omisión en la que incurrieron los tres niveles de gobierno, por esa situación.

Los civiles provenientes de 16 comunidades del sur de Chilapa, donde han ocurrido diversos hechos de violencia —el último el 1 de mayo, en Atzacoaloya, cuando fue asesinado el candidato del PRI a la alcaldía, Ulises Fabián Quiroz—, viven en colindancia con Quechultenango, un municipio bastión del grupo delictivo Los Ardillos, que mantiene pugna con Los Rojos, encumbrados en Chilapa, según las autoridades.

Habitantes dijeron al personal de esa comisión que podría haber otras 18 personas desaparecidas, en el periodo que estuvieron los civiles armados; es decir, al menos 30 personas no localizadas durante este lapso. Sin embargo, la gente, por temor, dijo que no daría más detalles a la prensa.

Los familiares se reunieron en la comandancia municipal, con el alcalde de Chilapa, Francisco Javier García, quien regresó este fin de semana al municipio junto con mandos de la Gendarmería y la Fuerza Estatal, que tomaron el control de la seguridad de Chilapa desde el pasado viernes.

El alcalde pidió apoyo de los gobiernos del estado y de la República, porque “nosotros hemos dicho, la inseguridad en este municipio nos ha rebasado”. Expresó a la gente, que se mostró desesperada por su situación, que se solidarizaba, no obstante, había pedido “hasta el cansancio” que los dos niveles de gobierno mencionados lo apoyen.

“Se habla de un aproximado de 16 desaparecidos, cuyos familiares atendí para decirles que vamos a seguir pidiéndole muy atentamente al señor gobernador que pueda atender esta demanda que tanto esta aquejando a la ciudadanía. No he tenido comunicación con el gobernador Rogelio Ortega, pues está tomando este asunto, como personal”.

Dijo a EL UNIVERSAL que están “en total indefensión, por lo que pido al gobernador que nos ayude, no es por contradecirlo, pero que haya comentado que se solucionó el problema en Chilapa es una situación mediática. Hay desaparecidos, hay amenazas de que van a volver —los civiles armados el próximo jueves— y en estos momentos no se encuentra fundada la seguridad en el municipio”.

“La estrategia que han tomado los candidatos es “hacer campaña de casa en casa. Vienen las elecciones y hay amenazas con que no se podrán llevar a cabo en el municipio. Nueve unidades de la policía estatal con 100 elementos no pueden hacerse cargo de las 600 escuelas, las 80 colonias y 147 comunidades, en Chilapa hay 32 mil personas”, mencionó.

El edil, quien ha sido señalado por sus adversarios políticos de pertenecer al grupo delictivo Los Rojos, aseguró que si la ciudadanía quiere que se vaya lo hará, pero “la situación no se soluciona así”.

Pidió que sesione en Chilapa el Grupo Coordinación Guerrero (GCG), “para sentirnos respaldados”.

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