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Este año Netflix inició una estrategia que nadie pensó que haría la empresa streaming: cancelar shows.

De esta manera, series como Sense8, The Get Down, Girlboss o Bloodline no tendrán una nueva temporada.

En este panorama en el que pareciera que la compañía comienza a apostar por shows que sean éxito seguro, el sitcom Real Rob —protagonizado por Rob Schneider y su esposa, la mexicana Patricia Azarcoya— logró que la compañía online, además de comprarles la primera temporada de su programa, les produjera la segunda.

Para Patricia esto es una señal de que el programa que ella escribió y también dirige sea un éxito, de otra manera —dice— Netflix no habría invertido en una segunda temporada.

“Rob y yo hemos producido muchos shows, sólo que Real Rob es distinto por que nosotros actuamos en él y no sé si eso sea un plus pero cuando lo hicimos pensamos en mostrar un poco de la multiculturalidad que existe en Estados Unidos, ni siquiera es que hablemos de ‘la mexicana’ que se casa con ‘el gringo’, es sobre una familia y sus problemáticas, algo con lo que definitivamente todos se pueden sentir empatía”, dijo Patricia en entrevista.

A la mexicana le ha tomado por sorpresa que sea la compañía de Reed Hastings la que ahora quiera invertir en su show, pues asegura que esa estrategia no es tan común en la industria estadounidense y menos para una cadena como Netflix.

“Nosotros produjimos la primera temporada, y cuando la acabamos nos acercamos a muchos networks, a algunos les gustó, a otros les parecía que era para cierto público, lo cierto es que cuando llegamos con Netflix les encantó y compraron los derechos pero nosotros seguimos produciendo, por eso el que ahora ellos hayan invertido en una nueva temporada habla de que les gustó lo que hicimos y que los resultados fueron favorables”.

Si bien Real Rob no es un reality show, incluye muchas historias que a esta pareja le ha pasado desde que se conocieron, casaron y fueron padres.

De hecho la idea es que fuera un show vivencial interpretado por otros actores, sin embargo, Patricia recordó que, estando en el set, sentía que les faltaba algo a los actores, algo que al final sólo ellos podían dar.

“Es chistoso porque no íbamos a salir en el programa, pero cuando filmábamos sentía que los actores no entendían lo que les quería decir, que no comprendía como los chistes y cuando les explicaba como tenían que hacerlo, al final terminaba yo actuando de la manera en que quería que lo hicieran y al final pues alguien nos dijo que por que no lo actuábamos nosotros. Para mí fue algo muy natural la forma en la que se dio”.

Aunque no se lo propuso la actriz mexicana aseguró que en esta nueva temporada se sintió más libre, más cómoda y hasta con mayor seguridad a la hora de improvisar, aunque reconoce que, pese a considerarse graciosa, el que es experto en comedia es su esposo.

“Nunca me he visto como comediante, como buena mexicana tengo mi humor y llego a ser divertida, pero no soy una profesional de la comedia. Por fortuna Rob es muy meticuloso y perfeccionista y trataba de darme muchos consejos y yo me aplicaba mucho ensayando y ensayando, ya sabes, cuando vas a hacer comedia no lo puedes hacer mal porque el público no perdona”, indicó.

Al recordar cómo fueron los días de filmación de esta nueva etapa del show, Patricia reconoce que Rob tuvo gran parte del crédito en que ella se viera “chistosa”.

“Rob y yo somos una pareja multicultural, finalmente somos una pareja normal como cualquier otra, de modo que existen muchas situaciones con las que varias familias se pueden identificar. Creo que en eso radica el éxito de la serie, que la gente se ve reflejada en el comportamiento de cada uno de los protagonistas y eso es lo que buscamos”, comentó Patricia, quien también trabajó en México.

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