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“Visionarias” es la palabra con la que en 2015, previo al estreno de la primera temporada de la serie Sense8, sus protagonistas definían a las hermanas Wachowski, creadoras del show transmitido por Netflix.

En aquel momento actores como Daryl Hanna, Poncho Herrera y Miguel Ángel Silvestre decían que la importancia del proyecto radicaba en que Lana y Lilly ponían como protagonistas a ocho seres totalmente distintos, con culturas opuestas, en situaciones disímiles, buscando hablar de unidad, en un mundo cada vez más globalizado y a la vez dividido.

Hoy el panorama ha cambiado, hace unos días la segunda temporada de la serie llegó a la plataforma streaming y aquella definición que daban los actores se ha vuelto una realidad pues, en un mundo en el que existe un presidente como Donald Trump, la serie se vuelve más contestataria y toma una mayor relevancia.

En este 2017, cada personaje de la serie pertenece a un sector atacado por Trump: mexicanos, gays, transexuales, norcoreanos, africanos, ladrones alemanes y musulmanes.

Todos poseen alguna particularidad con la que el nuevo presidente de Estados Unidos no comulga, por ello tras el éxito del que goza la serie se ha convertido en una forma indirecta de contestarle a las nuevas políticas del presidente, al menos así lo creen sus protagonistas.

“Creo que Lana y Lilly están adelantadas a su época, cuando ellas idearon el show, Trump ni siquiera figuraba y ellas ya estaban hablando de personas de distintos puntos del planeta con diferentes particularidades y con historias distintas que, pese a sus diferencias, tenían algo que las unía.

“Ahora parece que todos estos sectores son menospreciados por el nuevo gobierno y, ¿que crees? El show es un éxito, eso es algo para celebrar, pues pese a qué hay gente que quiere dividir, las personas aman el programa porque apela a la unidad”, explicó en entrevista con EL UNIVERSAL Miguel Ángel Silvestre.

Lana Wachowski, quien se ha quedado a cargo del show tras la partida de su hermana Lilly, no ha tenido que hablar mal de Trump ni de sus políticas, para eso tiene a sus personajes.

Para muestra Capheus, uno de los ochos Sensates —un chico sudafricano conductor de un matatu (transporte de pasajeros)— quien muestra gran parte del espíritu Wachowski y que en esta nueva etapa tendrá que asumir que se ha convertido en un político y debe dar esperanza a su pueblo.

En uno de sus discursos, el joven lanza un mensaje sobre abrazar las diferencias y la diversidad en todos los aspectos. “El amor es un puente y no un muro, si se lo permitimos”.

Capheus representa a los millones de afroamericanos, comunidad que se ha sentido ofendida por algunos comentarios de Trump, como haberse negado a saludar a un clérigo de color en enero pasado, y por su apoyo a la policía, autoridad que, consideran, ha abusado de su poder.

“El mensaje del programa es primordial, en ciudades como ésta (Nueva York), se ven muchas caras diferentes y este espectáculo es un reflejo del mundo, el mensaje de inclusión y libertad es realmente necesario en este momento”, opina Toby Onwumere, quien da vida a Capheus.

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