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Al ver los primeros avances de la serie producida por Netflix y Argos, las similitudes entre la pareja presidencial de la ficción y la de la realidad en México parecen evidentes, pero Epigmenio Ibarra dice que es “algo totalmente falso”.

Ibarra confiesa que si bien en la serie se hacen algunos guiños a sucesos del país —como los 43 desaparecidos de Ayotzinapan— el México que muestra en la serie es más esperanzador que el de la realidad. “Ya quisieramos que México fuera como el que retratamos, en la serie hay personas con ideales y propósitos para que el país esté bien, la realidad es más cruda”. La razón de que la historia no se base en personajes específicos no tiene que ver con una especie de censura, aclaró Ibarra, obedece a que desean que la historia sea global en cualquier territorio que la serie se vea.

“Netflix es libertad. Nosotros estamos acostumbrados a eso. No habrá censura de ninguna manera, lo que queríamos contar está contado”, dijo.

Por su parte Erik Hayser dijo que no buscó emular al presidente de México ni al de ningún otro país, trató de hacer una versión de muchos cuyo arco principal es el de una persona que traicionó sus ideales cuando llegó al poder.

“El look que le dieron a mi personaje es uno que usan muchos mandatarios en el mundo, sin querer ser uno en específico, lo que sí querían retratar es ver cómo de pronto el poder puede corromper hasta a las personas más respetables”, dijo Erik.

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