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Peter Pan es un personaje que constantemente se ha encontrado con Lola Cortés a lo largo de su historia. Primero como espectadora cuando vio a Olivia Bucio hacerlo y que fue una experiencia que la marcó; después ya como actriz en 1989 cuando le dieron su primera oportunidad para hacer al personaje, el cual ha repetido cuatro veces. La razón es clara para ella: “Soy muy niña y se lo pueden preguntar a mis hijos.

“Esto de la madurez me ha costado mucho trabajo y creo en las hadas, entonces tiene mucho que ver lo que están viendo arriba con lo que yo soy afuera”, dice Lola, quien desde hace una semana encarna nuevamente a este niño eterno, pero ahora en el escenario del Teatro Molière.

Cuando se anunció la reposición de esta puesta en escena, Lola no dudó en aceptar el reto de ser Peter una vez más, por todo lo que significa el personaje y la satisfacción que le da escuchar a niños y adultos emocionarse. Además, dice, es un reto artísticamente hablando, porque baila, canta, actúa y hace acrobacia. “No cualquiera puede ser Peter Pan”, señala la actriz.

En 2011, cuando Lola estrenó esta versión de Peter Pan, el dar una función era una prueba de resistencia al dolor, porque una de sus rodillas tenía desgaste de cartílago y con cada movimiento su fémur y rótula chocaba provocando una molestia insoportable, por lo que una semana después de terminada la temporada, fue intervenida quirúrgicamente.

“(Hacer Peter Pan) va más allá que cualquier otro dolor, ahorita estoy muy bien, estoy tranquila, sé perfectamente mi edad, sé lo que puedo y lo que no, pero me siento fuerte para lograrlo”.

Lola es conocida por ser una actriz con un compromiso y una disciplina casi militar, por eso ella exige lo mismo de la gente con la que comparte el escenario, algo que, cree, llega a intimidar a la gente.

“Soy muy disciplinada, mi ética profesional es muy fuerte, soy estricta, y eso les impone un poco, generalmente trato de ser la primera en llegar de toda la lista porque soy la cabeza de compañía y tengo que dar el ejemplo”.

Ella explicó que esta forma de ser no le hizo nada fácil integrarse a esta nueva compañía, porque al principio nadie le hablaba en los ensayos. “Me decía mi hija ‘¿cómo vas?’. Nadie me dirige la palabra. ‘Tú acercate’. Dije: tiene toda la razón, yo me tengo que acercar; ya que nos empezamos a llevar ven que nos la pasamos bien y soy un relajo. Pero de repente, si veo algo raro, me volteo y les digo, ‘dime que tenías flojera o que estás lastimado, porque yo no puedo más y lo menos que espero de ti es que des lo mismo que yo’. Soy muy honesta”.

Ahora dice sentirse cobijada con por sus compañeros, sobre todo por los ‘niños perdidos’, a quienes considera unos actores maravillosos.

Si bien Peter Pan es un personaje que Lola tiene muy bien estudiado y con el cual se siente cómoda, considera que esta sí es la última vez que lo interpreta, porque su familia ya se angustia cada que tiene que volar sobre el escenario y el público, por eso está viviendo y dando el máximo en cada función, fiel a su filosofía.

“La gente me dice La reina de los musicales, ese es un sobrenombre que no puse yo, lo puso el público y no quiero quedar mal con ellos, porque ellos pagan un boleto y sé lo que cuesta”.

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