Luego de seis años de luchar contra el Alzheimer, Glen Campbell falleció ayer a los 81 años.

El músico, que fuera diagnosticado en 2011 con esta enfermedad, se volvió una figura representativa de la música country desde los años 60.

Canciones como “Rhinestone Cowboy”, “Wichita Lineman” y “Gentle on my mind”, por mencionar algunas, catapultaron al artista.

Además de su legado musical, Campbell tuvo una vida llena de altibajos que siempre dio de qué hablar.

Con más de 50 millones de discos vendidos alrededor del mundo, seis premios Grammy —dos de ellos ganados de manera simultánea dentro del género country y pop—, 70 álbumes, una invitación para ser miembro fijo de la banda Beach Boys, misma que declinó en 1965 luego de trabajar con ellos, y su entrada en el Salón de la Fama de la Música Country en 2005, el ascenso de la estrella de la música country no fue sencilla.

Originario de Billstown, Arkansas, Campbell mostró inclinación por la música desde temprana edad.

Perteneciente a una familia humilde, el músico decidió abandonar la escuela cuando era adolescente para tocar en la banda de su tío en Nuevo México. El camino a la fama no estuvo exento de baches, sin embargo, fue durante 1967 con el lanzamiento de su quinto álbum Burning bridges que se colocó en el mapa internacional.

Esto le abrió las puertas para trabajar con sinnúmero de artistas de gran renombre como Elvis Presley, Frank Sinatra y The Mamas and The Papas.

También incursiono en tv; en 1969 presentó The Glenn Campbell Goodtime Hour, el cual fuera transmitido hasta 1972.

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