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Antes eran las cantinas, ahora son bares en donde se habla de amor y en contra de ellas. Con el mariachi y el despecho en el corazón, los caballeros aún conservan la tradición de cantar sus penas del corazón.

Porque ellos también sufren y lo siguen haciendo. Aunque la radio le da prioridad a los colombianos y su música urbana, los mexicanos están decididos en sacar la casta y poner de nuevo al ranchero de moda.

Es así como Carlos Rivera, José Luis y Raúl, de Río Roma, le cantan una de mariachis moderno en dolorosa despedida a María León

Ella en su balcón de cantera rosa zacatecana, escuchará el “Todavía no te olvido” de los tres caballeros.

“Nos unimos tres mexicanos, cuatro con María, en este momento donde hay mucho urbano y reggaetón y colombianos, debemos hacer nuestra parte para exportar lo nuestro.

“Lo vemos como momentos, la música tiene sus momentos. A mí me gusta el género urbano, a Raúl no tanto. Tenemos que hacer lo nuestro”, dice José Luis Ortega del dueto.

En medio de una plaza de toros María León se defiende y dice que ella no le ha roto el corazón a nadie aunque parezca lo contrario.

“Podemos dedicarnos a resaltar la parte del mariachi, del regional, las canciones que son súper sentidas, no siento que una cosa esté peleada con la otra, el reggaetón con el mariachi, no pasa nada si nos ponemos a escuchar de todo.

“Creo que sí todo está atiborrado de las canciones urbanas, que a lo mejor tiene un lenguaje establecido, que puede ser fuerte y ofensivo para ciertas personas, pero creo que es más universal el amor y desamor que la descripción literal de una palabra tras otra para describir un acto”, expresa la cantante.

En tanto, los tres amigos se despachan entre tequilas para decidirse a devolver los recuerdos de su amada.

Afuera los gritos por Carlos, Raúl y José Luis incluyen paternidades exprés, amenazas de no irse y de querer verlos en vivo. “¡Carlos si no sales me tiro!” y “¡Carlos sal a ver a tu hijo” fueron algunos gritos de las fans que los encontraron en medio del corazón de Zacatecas.

Después de varias tomas, los tres amigos salieron para bromear con las intrépidas que desde las alturas gritaban y se emocionaban diciendo decenas de piropos. Así los artistas también se dejaron apapachar de la calidez de los zacatecanos.

Escenarios como el Bar en Quinta Real, Parque Sierra de Alica, Mirador Periferico y Altapalmira, Plazuela Miguel Auza, la Catedral, el Callejón de las Campanas y la Plaza de Armas, fueron protagonistas de la historia.

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