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“Esta canción —inició hablando Mariela Condo— está escrita para mi abuelo, que hace tiempo emprendió su viaje al infinito”.

Tomó el bombo leguero, instrumento tradicional ecuatoriano y, acompañada de un guitarrista, comenzó a interpretar “El trigo y el sol”.

El auditorio de la Alianza Francesa se cimbró. Entre sus butacas decenas de ecuatorianos, encabezados por el embajador de ese país en México, Leonardo Arízaga, aplaudieron.

Poco antes, el funcionario había agradecido la presencia del público para disfrutar de una de las máximas exponentes de su país natal.

“Para estar aquí, entre amigos y olvidarnos del tráfico y el trabajo”, señaló bromista.

Condo nació en la comunidad indígena de Cacha, ubicada en la provincia de Chimborazo, en la sierra sur de Ecuador.

En 2007 realizó Shuk Shimi, Waranka Shimi (Una voz, mil voces), que recopila canciones inéditas en kichwa, su idioma indígena original y en 2013 grabó para un sello alemán un álbum canciones inéditas.

La sudamericana cantó “Soy tu sangre, soy tu eco”, escrita por un amigo para su madre muerta y también “Carnaval de Licto”, de las más aplaudidas.

“Mi amigo decidió transformar el más inesperado que es la pérdida de una mamá, para hacerlo esto”, dijo Condo.

Como internacional que es, recordó su paso por Chiapas y una bebida alcohólica, antes de interpretar “Canelazo”.

“Para quienes no sepan, el canelazo es una bebida espiritual y amable”, rió.

Durante el recital de casi hora y media dejó que su compañero de guitarra cantara “Amor sin esperanzas”, marcando la primera mitad de la velada.

Condo ha participado en eventos como el Festival Internazionale di Poesía en Génova, Italia, en alguna ceremonia oficial de la UNESCO y en febrero pasado en el Festival WOMAD, de Peter Gabriel.

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