Los amigos y admiradores rindieron un  homenaje al músico  B.B. King  ayer en el delta del Mississippi, la tierra que vio nacer a la leyenda del blues.

Las personas pasaban frente al ataúd con los restos del músico que influyó a generaciones de cantantes y guitarristas un día antes de su entierro.

King tenía 89 años cuando murió el 14 de mayo en su casa en Las Vegas.

En esa ciudad se le realizó un funeral privado y sus admiradores también tuvieron oportunidad de ver al músico por última vez.

Posteriormente los restos fueron transportados por avión a Memphis, Tennessee, donde se le rindió homenaje el miércoles.

En ese acto, una multitud colmó las calles de  Memphis para despedirlo. Una brass band encabezó el cortejo fúnebre que trasladó el ataúd  de King en una carroza negra por las calles de Memphis. Al frente, el baterista Rodd Bland llevaba la guitarra del Rey del  Blues, conocida como Lucille.

La legendaria milla de bares Beale Street estaba colmada para  despedir a King. En Memphis fue bautizado como Blues Boy, B.B.

Allí  actuó en numerosas ocasiones y era dueño de uno de sus clubes.   Antes de la procesión, varios músicos de blues, como Keb Mo, Ruby  Wilson y Bobby Rush realizaron un concierto.

En  cuanto a la celebración de ayer, se realizó un funeral  en una pequeña capilla para 150 personas, mientras que su familia y amigos lo  despedirán allí en una ceremonia privada hoy.

Las autoridades realizaron el fin de semana una autopsia al cuerpo de King, cuyo resultado estará en unas seis a ocho semanas.

Mientras tanto, ayer cientos de personas llenaron las calles para ver la carroza que llevó su ataúd de Memphis a su ciudad natal, Indianola, Mississippi. Será enterrado en el terreno del Museo y Centro Interpretativo B.B. King en Indianola.

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