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México y Latinoamérica no son los únicos lugares en los que se vive el ataque y censura a periodistas y el documental Nobody speak: Trial of the free press lo demuestra.

Cuando el realizador Brian Knappenberger comenzó a trabajar en su nueva historia sobre la batalla legal que el ex luchador Hulk Hogan emprendió contra Gawker Media, por haber publicado un video íntimo donde Hogan le era infiel a su mujer, terminó descubriendo una extensa red de manipulación y censura hacia los medios de comunicación que, dice, en tiempos de Donald Trump parece crecer.

En el pasado Festival de Sundance, el trabajo de Brian dejó perplejos a los asistentes, su buena recepción se vio reflejada también cuando la compañía Netflix compró los derechos por dos millones de dólares para estrenarla este viernes a través de su plataforma.

Cuando el realizador comenzó a hilar su historia, no sabía realmente en lo que se convertiría este trabajo que, en sus palabras, busca alertar sobre el peligro que corre la libertad de expresión por culpa influencia de personajes millonarios como Donald Trump.

“Al principio queríamos retratar la batalla legal de Hogan contra este sitio web, pero a medida que se fue desarrollando, descubrimos una red de corrupción e influencia de los poderosos para callar a quienes quieren decir la verdad y cómo al final terminan saliéndose con la suya”, explica Brian Knappenberger en entrevista.

Nobody speak narra la batalla legal en los juzgados en el que la antigua estrella de la WWF llegó a pedir una indemnización de más de 100 millones de dólares que al final terminó ganando; la sentencia salió a su favor, con un pago de 140 millones de dólares por parte de Gawker Media, que ante esto, se declaró en bancarrota. Ambas partes negociaron y Gawker pagó finalmente a Hogan 31 millones de dólares.

El documental retrata cómo un juicio que aparentemente perdería Hogan terminó ganándolo gracias a la ayuda de un poderoso bufete de abogados que fue financiado por uno de los hombres más poderosos del mundo, Peter Thiel, cofundador de la empresa Pay Pal.

“Descubrimos cómo Thiel pagó los gastos de los abogados de Hogan para vengarse de ese medio de comunicación, el cual había publicado un artículo sobre su orientación sexual. Ahí fue donde comprendí que necesitaba contar esta historia. Lo que eso significaba en ese momento era realmente una especie de ahorcamiento para la vida del periodismo y buscaba comprender cómo las cosas se estaban convirtiendo y cambiando en un año de una de las eleciones más complicadas y decisivas para Estados Unidos”.

Pero para entender la historia hay que trasladarse a 2012, año en que un video filmado cinco años atrás mostraba a Hogan teniendo relaciones sexuales con Heather Cole, ex esposa de su entonces mejor amigo, conocido como Bubba the Love Sponge Clem.

“Me cautivó en el juicio, de verdad, y de repente, al final de este juicio, un veredicto inaudito contra Gawker”.

El material de media hora de duración fue obtenido por un grupo de periodistas que terminaron difundiéndolo, aunque los abogados del ex luchador presionaron para que no se difundiera. Al final, el clip se hizo viral, la infidelidad el Hulk quedó al descubierto y la batalla comenzó.

“En la historia se puede ver perfectamente cómo la presión hacia los periodistas no ha parado”.

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