Risas. Esa es la palabra que define el trabajo del comediante Mauricio Herrera, cuyo espectáculo Concierto miedo lleva 35 años emocionando al público con más de 2 mil 500 presentaciones y las que vengan. El próximo 11 de febrero el actor volverá de la mano de su esposa, Luhana Gardi, al Lunario del Auditorio Nacional con la promesa de hacer cantar con temas de los años 80 en voz de Gardi y reír con el característico humor del nacido en Veracruz pero que cada noche se pone el traje de Franz Beckenbauer, un gran conocedor de la música que se encuentra con varios impedimentos antes de poder llegar ante el público.

A lo largo de su carrera, Herrera ha participado en películas, telenovelas y programas de comedia sin dejar de lado los espectáculos en vivo, algo curioso para quien hizo una carrera en arquitectura, pues tenía una gran pasión por el piano y ni qué decir de la comedia, que se volvió su compañera inseparable de vida.

El teatro también ha sido fundamental para él, uno de sus recientes y entrañables proyectos es Un encuentro inesperado, una historia de amor y humor entre dos personas que parecieran completamente opuestas.

En 2015, durante la celebración de dos años en cartelera de la obra Yo miento, tú mientes, todos mentimos, Jorge Ortiz de Pinedo dijo de Herrera: “Quiero que todo el mundo sepa que además de ser un excelente amigo, es el mejor de todos los tiempos”.

Sin groserías. Otro de los elementos que convierten a Herrera en uno de los cómicos más queridos es su firmeza a la hora de defender el humor blanco, lo suyo es un juego constante con el lenguaje y con el contexto nacional en el que no utiliza palabras altisonantes.

A finales del año pasado, el actor declaró: “No me he adaptado a ser grosero porque yo no soy así, ni siquiera uso las groserías como parte de mi vida, ya saben que soy un humorista blanco, y después de la muerte de Chespirito tal vez sea el último que queda”.

En aquella ocasión también recordó que Roberto Gómez Bolaños en algún momento le dijo que tras su muerte la responsabilidad del humor blanco quedaba en manos de Herrera, y sí, el actor no piensa dar un paso atrás y la permanencia de sus espectáculos son muestra de ello, porque la risa siempre nos hará volver a ver un espectáculo más.

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