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En Hollywood pocas cosas son para siempre, el éxito y la fama no duran toda la vida (este año se demostró con Johnny Depp al ser el actor menos rentable de 2016), las relaciones amorosas pocas veces son estables (Brad Pitt y Angelina Jolie) y en ocasiones muchas de sus estrellas se apagan intempestivamente (Marilyn Monroe, James Dean y un largo etcétera).

Los amigos y contemporáneos de Douglas como Laurence Olivier, Anthony Quinn o Lauren Bacall se han ido, por ello que una figura como Kirk Douglas cumpla hoy 100 años de vida es algo digno para celebrar.

El actor, pilar indiscutible de la época dorada de Hollywood, ha logrado retar a la propia industria que ayudó a construir y su vida que ha estado llena de logros profesionales y personales.

Pocas veces se le ha vinculado con escándalos, a menos que estos sean ocasionados por los líos amorosos de su hijo Michael o los problemas judiciales de su nieto Cameron; lo cierto es que la vida y obra de un personaje como la del originario de Nueva York es digna de las últimas grandes leyendas vivas que aun tiene la Meca del Cine.

En octubre de este año, el más famoso de sus hijos, Michael describió lo que su padre representa para la industria del entretenimiento estadounidense en un homenaje realizado en la gala del aniversario 95 de la organización Motion Picture & Television Fund.

“Mi padre es un ícono. Es una leyenda. Es una verdadera estrella de una era donde las estrellas de cine eran vistas como la versión actual de la realeza, y Kirk se ha ganado ese estatus”, dijo.

A lo largo de su carrera, Kirk ha conseguido un Oscar honorífico en 1996 y estar nominado al Globo de Oro en tres ocasiones con una filmografía de más de 90 largometrajes en los más de 70 años que lleva de carrera artística.

Entre los emblemáticos filmes en los que Douglas ha podido construirse su imagen están Sed de Vivir (donde interpretó al pintor Vincent Van Gogh), Champion y Spartacus (dirigida por Stanley Kubrick), cinta que pese a ser censurada en su tiempo, logró darle ese estatus de mito.

El actor, nacido el 9 de diciembre de 1916, ha estado retirado de las cámaras desde 2008, tiempo que ha pasado junto a su amada esposa Anne Buydens, con quien está casado desde 1954.

En ese tiempo Douglas se ha dedicado de lleno a la filantropía. Hace unos meses confesó a Variety que tras su deceso donaría toda su fortuna —valuada en 80 millones de dólares— a instituciones benéficas.

Douglas sabe mejor que nadie lo que es llegar a viejo en una industria basada en la imagen y la belleza, en donde ser joven quizá es uno de los mayores atributos del actor. Es por ello que desde hace un par de años se ha dedicado a salvaguardar la vejez de aquellas personas que dieron su vida a la industria del entretenimiento y que padecen algún mal físico.

Este año donó 15 millones de dólares a Harry’s Haven, un centro dedicado al tratamiento del Alzheimer ubicado a las afueras de Los Ángeles (California) y que cuida a pacientes que, en el pasado, trabajaron en la industria.

El longevo dijo a Closer Weekly desconocer la fórmula para el éxito, mucho menos para ser feliz; él, dijo, lo único que busca a su edad es disfrutar de su familia y amigos.

“Siempre me preguntan por un consejo para una vida larga y sana, pero no tengo ninguno. Creo, eso sí, que existe una razón por la que estamos aquí.

“Tras el accidente de helicóptero y la apoplejía que sufrí, decidí hacer más bien en el mundo antes de abandonarlo”, señaló.

Y es que no todo en la vida del actor ha sido éxito y felicidad, hace casi dos décadas estuvo a punto de morir en dos ocasiones: la primera en 1991 cuando dos hombres fallecieron y tres más (incluyéndolo) salieron heridos tras chocar el helicóptero en el que viajaba con una avioneta.

Cinco años después, Kirk padeció una apoplejía que le quitó la capacidad para hablar, aunque con terapia y años de recuperación logró salir avante.

Otras tragedias que han acompañado al histrión estos recientes años han sido la muerte de su hijo Eric en 2004 por una sobredosis o el ingreso a prisión de su nieto Cameron por posesión de heroína y metanfetaminas.

Festejo del siglo. La semana pasada, el actor confesó que celebraría su aniversario en compañía de su esposa, hijos y nietos y un selecto grupo de 200 amigos en una cena organizada por Michael y su esposa Catherine Zeta-Jones, en la que lo único que hará será disfrutar la compañía de aquellos que a lo largo de sus 100 años de vida lo han acompañado.

“Mi único trabajo consistirá en encontrarme bien y descansado para aparecer allí y ser encantador. Daré un pequeño discurso ‘improvisado’ que habré practicado con mi terapeuta del habla para que la gente me entienda”, bromeó a Closer Weekly.

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