Tras sus vacaciones por la Riviera Maya, Justin Bieber no podía dejar atrás su faceta de escándalos. El bajarse los pantalones, querer entrar con una cerveza e intentar escalar las ruinas de Tulum, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, no sólo le ha causado la expulsión del paradisíaco lugar mexicano, sino que se suma a una lista de problemáticas situaciones que ha protagonizado.

Quizá ésta sea una de las que más atenten contra una cultura, aunque también tuvo grandes problemas con las autoridades de Argentina al barrer el suelo con la bandera sudamericana dentro de una gira por aquel país.

Sin embargo, ésta no es la primera vez que echan de un lugar al cantante canadiense pues en abril asistió con amigos al festival Coachella y al intentar acercarse al área de artistas se les informó que estaba al tope de su capacidad, lo que generó una discusión que terminó cuando el personal de seguridad lo llevó al área correcta.

Además, en el ámbito más personal, varios de sus vecinos no estaban contentos con su comportamiento (como aventar huevos a la casa de uno de ellos o sus constantes fiestas) por lo que el ídolo juvenil cambió de vecindario.

Para nadie es una sorpresa que el joven sea objeto de escándalos desde hace ya varios años. Ya sea que lo encuentren corriendo carreras y confiese consumir marihuana, deje a su mono en un aeropuerto, aparezca desnudo en imágenes, tire sillas en un restaurante de Cannes, haga del baño en un bote, dejar plantados a fans en Oslo, sus constantes líos amorosos, apariciones con prostitutas o incluso llevarse el celular de sus fans bajo sus bóxers.

sc

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