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Es posible que muchos amantes del séptimo arte hayan visto el trabajo del actor Andy Serkis sin estar conscientes de ello.

Eso se debe en gran parte a que sus roles más representativos son aquellos en los que él no sale a cuadro, aunque sus expresiones, voz y mirada están ahí.

Así ha sido con Gollum en El señor de los anillos, Sonke, el líder supremo, en Star Wars: Episode VII - The force awakens, King Kong y el Capitán Haddock en Las aventuras de Tintín. Todos ellos creados digitalmente.

Uno de sus papeles más importantes es el de César, el chimpancé protagonista de la trilogía El planeta de los simios, cuya tercera entrega se estrenó este fin de semana.

Para Serkis —quien visitó la Ciudad de México ayer— realizar personajes computarizados como estos le ha brindado un éxito del que no había gozado en sus primeros años de carrera.

“Antes era un artista independiente, mis películas también, con presupuestos bajos e historias más independientes. Amo actuar y no me importa si es grande o pequeño el proyecto. Es cierto que a partir de Gollum hubo un antes y un después en mi carrera. Hoy puedo elegir qué proyectos hacer, aunque es curioso que las películas con grandes presupuestos quieren que haga un trabajo que después se convertirá en algo digital, es cómo mi destino”, explicó a EL UNIVERSAL.

Serkis triunfa gracias a simios y monstruos
Serkis triunfa gracias a simios y monstruos

“A los actores siempre se nos dicen que debemos jugar con nuestras emociones y expresiones, algo que a veces olvidamos pues pensamos que nuestra imagen compensa eso. Hacer a César o a los otros personajes en CGI (Computer Generate Image) que he hecho ha requerido de todo mi esfuerzo y trabajo porque lo importante es que mi actuación traspase las capas de computarización y creo que no es nada sencillo y eso también hace que lo valore más”, dijo.

Aunque confesó que nunca hace un trabajo esperando reconocimiento, en ocasiones los fans lo hacen sentir como un rock star. Esta situación no le desagrada pues afirmó que el que su imagen no aparezca tanto a cuadro le permite aún llevar una vida simple y alejada de la fama.

“Es raro que en Comic-Con la gente se quiere tomar fotos conmigo, a veces en el aeropuerto me paran y para mí sigue siendo raro, pues como lo he dicho, empecé como actor independiente y lo que más amamos los actores independientes es nuestra privacidad y tener una vida de bajo perfil. Hacer este tipo de trabajos que son monumentales pero sin aparecer en pantalla me da aún cierta privacidad que valoro mucho”, confió.

A lo largo de sus 30 años de carrera, Andy ha estado nominado al Globo de Oro, el SAG Award y el BAFTA, pero en ninguna de estas ocasiones lo ha sido por alguno de sus personajes computarizados.

Pese a que dice no trabajar por obtener premios, considera que la industria fílmica debería cambiar la percepción que aún se tiene del trabajo que los actores como él realizan ya que hasta ahora no los han nominado a ningún galardón de Actor principal o de Reparto.

“Hacer un trabajo como el que hacemos es igual o hasta más destacable que un rol convencional, se necesita de gran trabajo, disciplina y talento.

“Las cosas deben cambiar, confío en que así será, me gustaría ver en un futuro a actores y sus personajes computarizados ser nominados, sería fantástico”, añadió.

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