espectaculos@eluniversal.com.mx

Todos los días se le puede observar vendiendo chocolates en calles del Centro Histórico de esta capital.

Por las noches, don Rafael Henao, originario de Colombia, se deja invadir por su afición por el folclor mexicano a través del cine y la música, lo cual le ha permitido convivir con estrellas como Vicente y Alejandro Fernández, además de conformar una colección de más de 800 piezas representativas.

Su acento colombiano es casi imperceptible, pero es originario de la localidad de Manizales. Tiene 72 años; hace casi 20 llegó a México para establecerse y hacer su vida aquí, para lo cual trajo parte de su colección de objetos representativos de la edad de oro del cine mexicano, de la música ranchera, de la historia de México.

Don Rafael dice ser “colombiano por nacimiento, pero mexicano de corazón”. Refiere que a sus 10 años se puso por primera vez un traje de charro.

En esa época el cine mexicano estaba en apogeo, y a la par, la música ranchera. Hoy, a décadas de distancia, don Rafael siente la satisfacción de haber estrechado la mano de Miguel Aceves Mejía y Antonio Aguilar —ya fallecidos—, así como de Vicente y Alejandro Fernández, de Ignacio López Tarso, Rosenda Bernal y Yolanda del Río.

“En Colombia fui taxista, por azares del destino me tocó trabajar con hoteles a donde llegaban actores y cantantes para hospedarse; como la gente conocía mi pasión por lo mexicano, cuando llegaba a ir alguna estrella, me comentaban y yo me preparaba para recibir esa ‘visita’”, detalla.

El primer gran ídolo que conoció, refiere, fue Aceves Mejía, de ahí a lo largo de las décadas pudo conocer a decenas de estrellas; a la par, fue haciendo crecer su colección de objetos representativos entre discos de acetato, postales, fotografías, recortes de periódicos, obsequios de sus propios ídolos.

“Cuando sabía que iba a llegar a Colombia alguno de estos artistas preparaba un cuadro, una postal o algún objeto para obsequiárselo. Estar lejos de México no impidió que pudiera conocer a estos personajes o coleccionar objetos alusivos”.

En algún momento de su vida, don Rafael decidió que era momento de viajar a México.

La primera ocasión fue en 1983, vino otra en 1987, pero en 1997 decidió establecerse definitivamente aquí.

“A partir de ese momento tuve más contacto con los ídolos, pude ingresar a los Estudios Churubusco, acudir a conciertos, tener más portadas de revistas, periódicos, más objetos. Comencé a enmarcar mi colección, tengo mucho material por enmarcar, pero poco a poco lo voy haciendo, son más de 800 piezas las que tengo”, detalla.

Don Rafael, devoto de la Virgen de Guadalupe, señala que ha conocido a la mayoría de sus ídolos, pero hay dos a los que le hubiera gustado abrazar: Javier Solís y Pedro Infante.

“Pero cuando llegué a México de lo primero que hice fue ir a la tumba de cada uno y llevarles flores”.

Este colombiano de corazón mexicano sabe que el tiempo no perdona, hoy su salud está deteriorando, por ello solicita apoyo para donar su colección a algún museo o asociación que le dé “buen uso” y la siga compartiendo con los mexicanos.

“Son más de 40 años de esfuerzo, de seguimiento, de pasión, me atrevo a decir que conozco más de cine y música nacional que muchos mexicanos. Para despedirse, un “palomazo”...

Interpreta “Los cuatro gallos”, una de sus canciones preferidas.

Google News

Noticias según tus intereses